domingo, 19 de diciembre de 2010

Palabritas

Qué belleza impone el hecho de que vos respires ausente mientras yo te vigilo, urgente por tu cuerpo. Te juzgo en paz, es tarde y yo quise correr a escribirte, para que me creas, en algunas horas, que fui yo el mismo que prometió mil palabras. Te imagino junto a mí, discutiendo en esas casas nuevas, sin muebles, donde la voz retrocede de tanto golpe. Somos vapor en el tiempo. Hay un poema de Shakespeare que empieza algo así: cuando mi amor jura que todo lo que diga es verdad, yo le creo, aunque sé que miente. ¿Te das cuenta? Eso soy: un montón de poemas que recuerdo, gente que no se va, libros que me salvan, y tu cuerpo, dormido, al que le escribo.


Over.

No hay comentarios: