Llueve sobre un diario. Se destiñen las primicias. Lloran una a una las noticias más importantes.
La tinta se desbarata sobre el piso y pienso en tu muerte.
En el diario dice que has muerto hoy, que alguien (no sé quién) comparte el dolor con la familia. El agua se lleva tu nombre. Ahora que ni siquiera eres tinta en el papel, me abro en relámpagos de sueño, y seguís aquí, para verme seguir a desgano. Puedo oírte.
Over.
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