El tiempo te ha adulterado, ya no podría asegurar que cada parte de tu cuerpo es la misma que rueda en mi memoria. Se ha trazado una ruta de la felicidad, autóctona y libre de mí, una línea impar que sólo rescata el deseo. No puedo hacer nada, soy inocente de la trama, esclavo de su avaricia.
Ya no eres nadie si te acercas, sólo una confusión de átomos a destiempo, hábil y tenaz, de las narices a tu sombra de años y silencio. Te repites, una y otra vez, y mi mente se fosiliza ante la imagen, la llave, la puerta, el aliento, ya está bien. Fiebre crónica, cada tanto se pierde, hasta que muera, con mi muerte, eso ya lo sé.
Ya no eres nadie si te acercas, sólo una confusión de átomos a destiempo, hábil y tenaz, de las narices a tu sombra de años y silencio. Te repites, una y otra vez, y mi mente se fosiliza ante la imagen, la llave, la puerta, el aliento, ya está bien. Fiebre crónica, cada tanto se pierde, hasta que muera, con mi muerte, eso ya lo sé.
Over.
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