Quizás en la vida real, las cosas difieran un poco. Aquí, todo es más lento, para empezar, y cualquiera recuerda Aura, esa nouvelle de Carlos Fuentes, escrita en segunda persona del singular. Después de leerla, quiero escribir toda mi vida en segunda persona, te estoy hablando a ti, que tienes ante tus ojos esta cadena de palabras, a ti, estío de miel, para ti.
Te decía, Crónica de una Muerte Anunciada, otra posibilidad del talento. ¡Hay que empezar una novela contando el final, eh! Qué caso raro el de García Márquez, aceptado y tolerado por la elite, amado por el lector, bien recibido por la crítica. Se lo merece, viejo, está bien. Y Rulfo también. Y me olvidaba de todo el resto, de esta lentitud hipnótica, desde este otro lado, casi tan cerca de ti, que vives en la vida real. De paso te pregunto, ¿ya entendiste a los gatos o sigues con lo del perro y la sumisión? En la vida real, los gatos se entienden menos, ¿no?
Over.
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