Cientos de palabras controladas bajo antiguas representaciones. Cientos de palabras que guardan dentro de sí, otro tesoro que se ramifica en años y fantasías. El lenguaje.
Me han regalado el libro “Mythology”, cuya autora, Edith Hamilton, es una autoridad en el tema. Nacida en Alemania, a los diecisiete años viajó a Connecticut, lugar donde terminó sus estudios secundarios para luego graduarse en el Bryn Mawr College, una de las más selectas casas de estudio de Pennsylvania.
Dije: Nacida en Alemania. No dije que nació en 1863, y que por sólo cuatro años no alcanzo la centuria. Y en esos casi cien años, le agregó al mundo la siguiente frase: “I have the pleasure to feel, in every page I turn, the calm lucidity of the Greek mind" (Tengo el placer de sentir, en cada página que doy vuelta, la calma lucidez de la mente Griega.) Su existencia está fundamentada.
En el libro se detalla una historia que, a juzgar por mi intuición, está alterada por la magia de Hamilton. Recordemos quiénes son los animadores del cuento: Hypnos (dios del sueño), Thanatos (hermano de Hypnos y dios de la muerte), Nix (la madre de ambos hermanos, representante de la noche) y Caos (Khaos, lugar de donde habrían surgido alguno de los dioses). La traducción es mía; los errores y aciertos también. Dice así:
En la cueva de la isla de Let, Hypnos se aprestaba a recibir a su hermano Thanatos, para hablar sobre un extraño comentario que le hiciera Nix, la noche anterior.
Dijo Hypnos: “Nuestra madre me ha dicho que si alguna vez sueño contigo, es mi obligación recordarte que al caos no debo volver.” Thanatos, confundido, le pregunta si realmente se lo ha dicho Nix o si fue sólo un sueño. “Nuestra madre en persona, y no me quiso decir más, ¿se te ocurre alguna razón para la advertencia?”, preguntó Hypnos.”El caos es el famoso hueco ocupado por el vacío, la creación de la nada, de la nada venimos y allí se supone que volvemos”, contestó thanatos con rigor académico. “¿Y es cierto?”, preguntó Hypnos con cierto temor. “¿Tú qué crees?”, devolvió thanatos. “Que nada puede venir de la nada, y que no hay cosa que pueda dejar de ser, por lo que no entiendo cuál es la razón de que te advierta tal sinsentido”, contestó Hypnos.
Advirtiendo que su hermano usaba palabras de otro, y tratando de ocultar su próximo juego, le pregunta: “Cuando tú duermes, sueñas con hombres y mujeres que te hablan, y tú les contestas, pues bien, ¿acaso me puedes decir que esos hombres y mujeres existen igual que existo yo?”. Contrariado, Hypnos le dice que no, pero que una cosa es el sueño y otra la vida real.
Sabiéndolo encerrado, Hypnos termina: “¿Acaso cuando sueñas no estás en la vida real? ¿No será posible que en realidad el caos del que Nix te ha advertido, es en realidad el sueño? ¿Será que al sueño vamos y de él venimos? ¿Será que cada vez que alguien me busca la mano, yo lo arrojo hacia ti? ¿Será que nuestra madre me ha pedido que el día que debas partir, no te devuelva a ti mismo, una y otra vez?
Over.
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