La filosofía Krishna postula, entre otros postulados, la transmutación del alma, haciendo lugar a la idea de que existen muchas vidas y que nuestro espíritu va reencarnando luego de las diversas muertes que sufre nuestro cuerpo de ocasión. El ser o conciencia, o lo que sea, es inmutable y eterno, jamás perece, nunca se apaga, sigue por los siglos de los siglos. Y así, se puede leer en cualquiera de sus libros, esta sentencia: “Usted no es su cuerpo”.
Avivada por la devoción del beatle más joven, todos coreamos el llamado a Krishna en esa canción plagiada hasta la incredulidad. Hare Krishna, no es más que el llamado al placer, a la luz, a la energía, una búsqueda del estado de conciencia puro y natural.
El "hare hare krishna krishna", es justamente un mantra, esa ondulación hipnótica del sonido, que los paganos llamamos loop. Por caso, los guitarristas tienen su mantra a escala personal, y lo llaman riff.
Hipnosis que busca placer, a fuerza de repetir lo mismo una y otra vez hasta que pierda significado el signo y sólo quede el significante hecho de música o ruido. Como pasa con las palabras, a no sorprenderse, porque a ver, repita la palabra queso. Queso, queso, queso, queso. Más y más. Vio, perdió el sentido.
O sea que se pierde un sentido para supuestamente ingresar en otro. O sea que se eliminan las barreras de nuestro "cuerpo-celda" para acercarse al ánima que se encuentra dentro. O sea que estamos hablando de algo, bueno, cómo decirlo, muy particular.
En fin, lo que tiene de bueno esta creencia, al igual que el budismo, es que no centra sus acciones en la alabanza de un supuesto dios sabelotodo que espera de ellos una ofrenda continua. Lo importante es la acción en esta tierra, hacer el bien o el mal, buscar la paz o la guerra. La alabanza a un dios omnisciente que en realidad todo lo vigila y espera nuestro tributo. Esa es la patraña del judaísmo y el catolicismo, donde la asistencia a la iglesia o templo, o el rezo donde no falta el horror de la culpa, tallan la supuesta grandeza del que profesa tales religiones.
Desde ya que no interesa saber que no creo en absolutamente nada de estas posiciones, y de un positivismo radical, creo que somos tejido vivo que afortunadamente sabe leer. Y que de una explosión química venimos y a una decadencia vital vamos. Y llega la muerte y pasamos a no ser. No es muy difícil. Todo el resto es literatura. Hare Krishna, Hare Rama, hare hare hare.
Over.
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