martes, 30 de septiembre de 2008

Pozo negro



Porque se resbala sobre la luz, inmunda,

tu coherencia de años y cobardías.

Yo no colaboro con el tedio, le huyo,
como corre la elegancia tras tu vacío.

Vacío.

Eslabón del infierno, condena de amores.
Rendida, no le creo a tus ojos, nada. Jamás.

Vacío.

Vacío como el torpe rosario de frases viejas
que tu memoria allana en las noches duras.

Y sin embargo sueño tu sueño de diásporas.
Tu espera sincera. Tu sincero invierno.
Tu imposible olvido. Los dos.


Over.

¿Tiene el mundo que saberlo?





No sé por dónde empezar. No me interesa por dónde empezar. Se empieza y ya, o no se empieza nunca. Y cuando Salinger escribió The Catcher in the Rye (el curioso libro que en español tiene dos títulos) , quizás pensara algo parecido, porque el rumbo de la narración no aspiraba a nada más que a sí mismo. Porque Holden Caulfield te lo dice sin vueltas, “no pienso escribir ninguna porquería autobiográfica”. Desdeña al lector de movida, y ese es el primer puente que marca quién pasa y quién no.

No me interesa contarte nada. Ya leíste el libro. Sí, mejor que diga algo interesante, porque lo mejor es callarse la boca. Pero si la historia es un guión ya armado: Adolescente expulsado de varias escuelas, huye su juventud y su abismo, los empuja hacia un mundo que está en otra parte. Tiene a la noviecita en el corazón, arde el sexo que lo enloquece, bebe lo que no le gusta, grita. Grito sordo en medio de la gran ciudad, a la espera de una puerta en un lugar lleno de puertas. Huye hacia el tiempo que lo enrosca, ávido de un sentido para todos los sentidos. Esa hermosa idea: escapar con cualquier persona hacia cualquier parte. Irse con la novia al medio del campo, donde nadie crecerá.

¿Por qué el libro es tan famoso? Pero cómo no va a ser famosa la historia de un chico que pregunta dónde se van los patos cuando el lago se hiela. Cómo no va a ser famosa la historia de un chico que imagina un juego de salvación para todos los chicos del mundo. Cómo acaso no va a ser famosa la historia de un chico que llora ante la felicidad de una hermana girando en un carrousel. Termino: Cómo mierda no va a ser famosa una historia que empieza como se le antoja al personaje y termina cuando esperamos el resto. Ese “resto” del cual ya fuimos advertidos: Nunca se contará.

Siempre me llamó al atención que “helden” signifique “héroe” en alemán. Y que Holden sea todo lo que un héroe no es. Sí, eso, y que el poema de Robert Burns diga con dudosa inocencia: “Si un cuerpo besa un cuerpo / ¿Tiene un cuerpo que llorar?” (…) “Si un cuerpo choca un cuerpo / cruzando por el valle / Si un cuerpo besa al cuerpo / ¿Tiene el mundo que saberlo? “


Over.



PD1: Sí, Holden, la vida no es un juego, queda claro.


PD2: El poema, cómo no.


Comin Thro' The Rye. (Robert Burns)
Coming Through The Rye.
Chorus.
O Jenny is all wet, poor body,
Jenny is seldom dry:
She draggled all her petticoats,
Coming through the rye!
Coming through the rye, poor body,
Coming through the rye,
She draggled all her petticoats,
Coming through the rye!
Should a body meet a body
Coming through the rye,
Should a body kiss a body,
Need a body cry?
Should a body meet a body
Coming through the glen,
Should a body kiss a body,
Need the world know?
Should a body meet a body
Coming through the grain,
Should a body kiss a body,
The thing is a body's own.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Tini saludaba a los aviones.



Estábamos al lado del río, llenándonos de humedad y nostalgia. Tini fumaba con fruición, yo sé que disfrutaba más que nadie en este mundo un cigarrillo rubio. Yo le compré más de una vez un atado de veinte. “Me hacés sentir como una presa. Está bien”

Eran las cuatro de la tarde del otoño menos real que Buenos Aires haya vivido jamás. Se escuchó esa ola de ruidos que con furia baja del cielo y ya no nos sorprende. El avión se veía acá nomás. Tini levantó la mano y empezó a saludar: “Chau, buen viaje”. La miré. ME dijo: “Dale, vos también saludá, queda muy mal que no saludes”. Levanté la mano y saludé. Movía la mano mientras miraba a Tini. Ella lo hacía en serio.

Cuando pasa un avión lo saludo sin mover un dedo, “con la mente”, como dicen. No saludo a nadie. Sí, la saludo a Tini. “Chau Tini, que tengas buen viaje. Volvé pronto.”


Over.


sábado, 27 de septiembre de 2008

The door in the dark




In going from room to room in the dark,

I reached out blindly to save my face,
But neglected, however lightly, to lace
My fingers and close my arms in an arc.
A slim door got in past my guard,
And hit me a blow in the head so hard
I had my native simile jarred.
So people and things don't pair any more
With what they used to pair with before

(Robert Frost)



Over.


PD: El truco está en esa "native smile". El truco está en el adjjetivo. Dónde dice "truco", léase: elegancia, talento, belleza, genialidad.


jueves, 25 de septiembre de 2008

Respirá!



Volábamos en el taxi y yo veía las calles en una especie de locura detenida, como si de algún modo sólo existiesen para corroborar la velocidad. Volábamos.

Con un ojo miraba al taxista y con el otro te miraba los tuyos. Tus párpados de plomo. Ojalá no hubiese tenido audición, quise ser sordo, cómo tolerar el jadeo, la lucha de tu diafragma tirando para abajo, mendigando una gota de aire. Tu cuerpo deseaba respirar por los poros, desafiar a la Ley, un milagro, de esos que no existen.

El taxista estaba nervioso, te diría que peor que yo, y cada tanto me preguntaba: está bien, fijate el pulso, ponela boca abajo. Qué pulso, quién toma el pulso, te ponía cerca de la ventanilla, te hubiera dado todo, todo.

Me acuerdo de una enfermera, de un camillero, de un linyera durmiendo, de gente que nos miraba. De la cara de pánico que puso una señora que seguro tenía una gripe o iba a pedir algún ansiolítico para dormir.

Quizás haya sido que no le di importancia con la suficiente antelación. Cuando empezaste a toser no debería haberte cargado. Me reí porque siempre me río. Y el tiempo que perdí con esos yuyos de mierda que te hacían inhalar. Yo sé que me mirabas con la cara de quien dice, no doy más. No supe entender, o tuve miedo. Perdonáme. Yo te juro que al taxista le decía: “No importa nada, pero no pises el freno, si te pasa algo yo te pago todo.” Te digo que hice de todo, pero no me alcanza. No puedo lograr que algo me alcance. Vamos, dale, respirá hondo, dale, por favor, respirá, por favor.



Over.


martes, 23 de septiembre de 2008

Palabritas





Las manos se me metieron solas en los bolsillos, como la vergüenza de no estar ni de pertenecer. El tejido social que me arañaba el alma crecía sin el control que yo hubiese deseado. No tengo mucho que decir, sólo repito, eso es recordar, repetir a fuerza de aplastar pequeñas diferencias. Poco más o menos, rueda la memoria para falsificar o validar, quién sabe. ¿Encubre o altera? Yo qué sé. Cómo puedo saberlo, si mientras bebía esa coca-cola sin gas, escuchaban Face Value, de principio a fin. A mí Phil Collins me gusta, algunas cosas, como a todos, y no discuto lo de Genesis, yo qué sé. Pero escuchaban Face Value y se miraban y entendían algo que yo no lograba descifrar. Y sé que ellos me miraban con desdén y ellas con intriga.

Vos brillabas, claro, con esa luz que no se enciende. Y mi mente tarareaba a Lolita Torres: “En la luz de tu mirada / yo me quemo si te miro... “, con ese “io” tan extraño. Ni hablar cuando sube el tono y ruega: “No me mires, pero si me miras / mírame a los ojos que allí te veras...” y la remata con: "No me mires que por dos caminos / van nuestros destinos, / no me mires más...” Qué decirte, callado, en medio de intrigas y desdén, cómo lagrimear que se perdía para siempre mi posibilidad de pertenecer, y la tuya de olvidar. Después, después quisimos olvidar juntos, y eso no va. Eso nunca funciona. Nunca.


Over.


Pozo negro


No mendigues profecías, no te tientes;
Que estalle en tu cara la cruz de celos,
la persistente secuela de lo no anunciado.

Linger on, de huidas y exilios, baby blue
Otra vez a zozobrar látigos de mentira
Falsas orillas de un viaje detenido.

No ruegues la esperanza, no la cuentes,
Es más violenta la resignación que la suerte.
No inquietes a la duda, no es el momento aun.

Ni esto te digo, ni siquiera el escrúpulo de mentir
Nada me des ni nada me debas, sólo así, baby blue
amanecerán inviernos menos reales.



Over.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Los culpables son los Conejos.





James Thurber nació con el humor de su madre en las venas. Y se ganó la vida publicando historietas, relatos y artículos en el New Yorker, el periódico norteamericano. Debido a la pérdida de un ojo a expensas de su hermano en un involuntario accidente, se suele decir que su imaginación lo llevó a ser quien fue. Puede ser, es casi indiscutible esa posibilidad ya que no hay otra. Eso me hace recordar la famosa frase de Kundera: “No existe ninguna comparación posible desde el momento en que nadie puede vivir dos vidas para corroborarlo.” En mi opinión, creo que Thurber hubiese sido el mismo, más aún, hubiera tenido una visión más aceptable.


Además del trabajo en el diario, Thurber es el autor de las maravillosas “Fables for Our Time and Famous Poems Illustrated” (Fábulas para nuestro tiempo y poemas famosos ilustrados”) Me atrevo a decir que se trata de la mejor parte de su obra, donde el humor deja espacio al pensamiento crítico, en el sentido de que la aparente liviandad de las fábulas termina por hacernos frenar la sonrisa de golpe.


No encuentro el libro en español, así que voy a traducir la, sin dudas, mejor pieza de esas fábulas. Me refiero a “The Rabbits that caused all the Trouble”, que dice así.

En la memoria del niño más joven, había una familia de conejos que vivía cerca de una manada de lobos. Los lobos avisaron que a ellos no les gustaba la forma en que vivían los conejos. (En verdad los lobos estaban enloquecidos por la forma en que ellos mismos estaban viviendo, porque era la única manera de vivir.)

Una noche murieron varios lobos en un terremoto, del cual se acusó a los conejos, ya que es bien sabido que los conejos golpean el suelo con sus patas traseras y así causan terremotos.
Otra noche uno de los lobos murió al ser alcanzado por un relámpago y por esto también se culpó a los conejos, ya que es bien sabido que quienes comen lechuga causan relámpagos.

Los lobos amenazaron con disciplinar a los conejos si no se comportaban bien, y así los conejos decidieron escaparse a una isla desierta. Pero los otros animales, que vivían a una gran distancia, les hicieron sentir vergüenza al decirles:"Ustedes deben quedarse donde están y ser valientes. Este mundo no es para desertores. Si los lobos los atacan, cuenten con nuestra ayuda."

Por lo tanto, los conejos continuaron viviendo cerca de los lobos hasta que un día hubo una terrible inundación que ahogó a un gran número de lobos. Esto fue atribuido a los conejos, ya que es bien sabido que quienes roen zanahorias y tienen orejas largas, causan inundaciones.
Los lobos la emprendieron contra los conejos, y los encarcelaron en una oscura cueva, para su propia protección.

Al no saberse nada acerca de los conejos durante varias semanas, los otros animales exigieron saber lo que les había sucedido. Los lobos dijeron que se habían comido a los conejos, y como el problema estaba digerido, ahora se trataba de un asunto puramente interno. Pero los otros animales advirtieron a los lobos que posiblemente podrían unirse contra ellos a menos que se les diera alguna razón para la destrucción de los conejos.
De modo tal que los lobos dijeron:"Ellos estaban tratando de escapar, y, como ustedes saben, este no es un mundo para desertores".

Moraleja: Más vale que corras, y no camines, hasta la isla desierta más cercana.





Over.




PD1:






PD 2:





Original Version:

Within the memory of the youngest child there was a family of rabbits who lived near a pack of wolves. The wolves announced that they did not like the way the rabbits were living. (The wolves were crazy about the way they themselves were living, because it was the only way to live.) One night several wolves were killed in an earthquake and this was blamed on the rabbits, for it is well known that rabbits pound on the ground with their hind legs and cause earthquakes. On another night one of the wolves was killed by a bolt of lightning and this was also blamed on the rabbits, for it is well known that lettuce-eaters cause lightning. The wolves threatened to civilize the rabbits if they didn't behave, and the rabbits decided to run away to a desert island. But the other animals, who lived at a great distance, shamed them saying, "You must stay where you are and be brave. This is no world for escapists. If the wolves attack you, we will come to your aid in all probability." So the rabbits continued to live near the wolves and one day there was a terrible flood which drowned a great many wolves. This was blamed on the rabbits, for it is well known that carrot-nibblers with long ears cause floods. The wolves descended on the rabbits, for their own good, and imprisoned them in a dark cave, for their own protection.
When nothing was heard about the rabbits for some weeks, the other animals demanded to know what had happened to them. The wolves replied that the rabbits had been eaten and since they had been eaten the affair was a purely internal matter. But the other animals warned that they might possibly unite against the wolves unless some reason was given for the destruction of the rabbits. So the wolves gave them one. "They were trying to escape," said the wolves, "and, as you know, this is no world for escapists."

Moral: Run, don't walk, to the nearest desert island.

Agora, Marisa. Depois, o resto.






Primero estaba Maria Bethania. No, perdón, quise decir Gal costa. Bueno, en realidad, para ser precisos, primero llegó Elis Regina. Y como si no fuera suficiente, después de un tiempo llegaron Adriana Calcanhotto y Marisa Monte. ¿Listo? No, ahora resulta que se despachan con Vanessa da Mata y Ana Cañas (qué versión de Rainy Day Women, nena!). y "la hija de", María Rita. Así no se puede. Ey, Brasil, así no se puede.

Largos garabatos para todas, me gustaría gastar palabras y suspenderlas para ellas solas, limarlas a su medida. Esta vez me quedo un tiempito con Marisa Monte.

Carioca como la gastada garota, Marisa Monte es dueña de un patrimonio que podemos encontrar en nuestra Celeste Carballo, o bien en una Edith Piaf o por qué no, en su compatriota Elis Regina. Ese patrimonio es la imposibilidad de cantar sobre su voz, porque como diría Franz Aufsberg: “fue bendecida con el tono de los ángeles, la sibilina frecuencia que la lluvia susurra antes de caer al suelo, el imposible semitono que misteriosamente nace entre el mi y el fa.”

No hay muchas vueltas que darle: su mejor disco es “Memórias, Crónicas, e Declaracões de Amor”, una acumulación de canciones que se perfeccionan hasta llegar a “O que me importa”, pieza que arrabalea entre un Discépolo y un Caetano Veloso. Sublime.

Hay un antes y un después, claro, porque en "Verde, Anil, Amarelo, Cor-de-Rosa e Carvão", ya sorprende con su voz hechicera y se anima al “Pale Blue Eyes”, en ese inglés que nunca pudo domar. Y en "Barulhinho Bom", disco doble, de arte impecable, donde encima se da el lujo de echarnos en cara que en vivo no sólo se maneja como en estudio, sino que además lo hace tremendamente mejor. Por caso, la versión de “Give me love” de Harrison se mezcla con ese plagio de Lenny Kravitz, llamado “It ain’t over til it’s over”. Y “Arrepio”, en el disco en estudio, nos mete de lleno en el próximo disco que es “Memórias…”

Después llegó Tribalistas, el cd que se llevó puesto a todo el mundo y por el cual es conocida aquí, allá y en todas partes. Una colaboración con sus eternos colaboradores, con la diferencia que esta vez formaron un trío bien equilibrado donde todos aportaron lo suyo.

Hace un tiempo editó dos discos juntos: ”Infinito Particular” y “Universo Ao meu Redor”, donde parece cerrarse hacia sus primeros discos pero sin ocultar que ha llegado hasta aquí. En “Universo…” la emprendió con sambas y ritmos del brasil profundo, incluso grabando canciones casi desconocidas u olvidadas. "Infinito..." lleva su firma con la misma nostalgia pero con la impronta personal; canciones de su autoría que hacía rato navegaban en su mente o en grabaciones inéditas.




Marisa Monte es una de las voces más impresionantes que ha dado Brasil, capaz de amalgamar el pop, el fado, la bossa y la samba, todo junto y sin que se noten las uniones. Un fraseo que no busca abismarse, está bien, pero es que hablamos de una perfección envolvente, donde la música parece unirse a la palabra para que no podamos evitar contemplarla. Sólo eso podemos hacer, como cuando nos frena una montaña interminable, un río brumoso y acechante, una mujer que nos detiene la voluntad.



Over.


PD: “Ainda lembro o que passou / Eu você em qualquer lugar”

PD2: Sí, María Creuza, tenés razón, cómo me puedo olvidar del "Eu sei que vou te amar". Dejá, así está bien. ¿Qué? ¿Mercury?, ¿Daniela Mercury?

viernes, 19 de septiembre de 2008

Pozo negro



De polietileno y pudor,

sus dedos impregnados
Yo lo veo junto a ti:
El enterrador y su fingida pena
Una ficción que no duele
Frenarán en tu sueño
grabadas y alteradas
las figuras de su rictus
Pero todo será igual;
Seguirá llegando a mis ojos
la larga pausa de tu hastío.


Over.


Pozo negro



Pobres diablos que plagian sus leyendas
de confiables corazones y pronto amor

Pobres diablos condenados a mirarse
las llagas de la falsa vida que recorren
mientras aspiran al deseo inalcanzable

Pobres diablos, gritan su llanto, pierden,
se maquillan de burda porcelana
sus caras de madera, sus narices ya agotadas.

Pobres diablos, reanudan sus temores a fin de año,
agotados de miedo ante el juramento de cambio:
un agorero souvenir de lo perdido.

Pobres diablos, tú los has visto, baby blue,
Surcan los años brindando con nostalgia
el tiempo no vivido ni jamás imaginado

Pobres diablos, ten compasión, no los señales,
Ya es condena sufrir lo que se tiene y no soltarlo.
No poder soltarlo.



Over.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Sí, tal cual.

Esto es lo que contó:


Llego al trabajo y primero veo a mi tía Eugenia, porque mi tía está adelante, es la que se lleva bien con la gente, nosotros, la verdad, no tenemos mucha paciencia, y al final terminamos a los gritos con cualquiera. Mi tía, sí, porque yo trabajo con mi familia, somos mi mamá, mi papá, mi hermano Claudio, y mi prima, la hija de mi tía Eugenia. Se llama Eugenia también, es increíble, hay tantos nombres.

Sí, mi papá, como le digo, cuando llego anteayer, serían las ocho más o menos, no, las ocho y media, justo, ahora me acuerdo, bueno, entro y saludo a mi tía, abro la puerta y me encuentro a mi mamá con mi padre, pero acá viene el problema, mi padre tenía como veinte años menos, sí, ¡veinte años menos! Me lo quedo mirando desconcertado, pero él me saluda, buen día, hijo, me dice, como si nada, y mi mamá también, me saluda y todo sigue. Sí, me quedo sin saber qué hacer, porque me imaginé que era una broma, no sé, se me dio por ese lado, y me fui a mi escritorio, no, antes fui a servirme un café y después encendí la computadora.

Pensé en algún tío lejano, algún primo, yo qué sé, pero nosotros no tenemos parientes desconocidos, somos pocos, mi papá es hijo único, simple. Cuando entra mi prima, lo saluda, hola tío, así como si nada, me mira, me saluda a mí, y se va. Yo esperaba que alguien me dijera algo, que me estuvieran filmando, vio que ahora ponen esas camaritas y después se burlan de uno, pero nada, pasó todo el día y nada, mi padre veinte años más joven me dio unos papeles, me pidió que llame a un proveedor, me saludó y se fue temprano, a eso de las cuatro más o menos.

Al otro día llegué temprano. Nadie me llamó en toda la noche, y yo me dormí con una sensación de paz extraña, usted pensará que cualquiera en mi lugar se hubiese puesto loco, nervioso, algo, cualquier cosa, hubiera ido corriendo a la casa de sus padres a ver qué pasaba, pero no, yo me quedé en casa, comí pollo con ensalada, una ensalada que me dio mi tía con arroz y un poco de mayonesa, miré un poco de tele y como le digo, me dormí con una rapidez impensada, sí, impensada porque hacía varios meses que me costaba pegar un ojo, que me levantaba en medio de la noche todo transpirado y sin saber dónde estaba.

Pero verlo a mi padre veinte años más joven se ve que me hizo bien, y al otro día, como le cuento, llegué temprano, y ahí estaba, con el pelo un poco crecido, la piel tersa y esa impresión que da la juventud, eso es único, de frescura, de que recién se empieza a vivir. Todo lo contrario a la muerte, bien lejos, como si nunca se fuera a morir. ¿Usted cree que es para preocuparse?


Over.



PD: Siempre me acuerdo que Sebastián me decía que de traducirse al inglés, este ¿relato? debería empezar: "It was told like this". No está equivocado, pero yo empezaría de otro modo. La voz pasiva, el sujeto y la mar en coche. Bloody translators!


Pozo negro

Todos esos ríos que de piel nos inundaron
De lúcida lluvia nocturna
Y de idiota nostalgia irreal
Serán nudos en el sueño
Piedras en el fondo de la noche
Guardianes inútiles de lo que callamos


Over.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

A favor de la vida. Despenalización YA!


El tema es muy extenso, pero se resume de un modo increíble. Si no, veamos esta simple ecuación:


1) Supongamos un escenario de 1000 abortos por año (tiene que ser un país muy pequeño). Si estimamos la población pobre del mundo, el 40 % es pobre. Ajustemos más, digamos que el 30 % no puede abortar en un lugar con las medidas básicas de higiene y con la asistencia de un profesional.

2) De ese 30 %, debido a la situación en la que se realizan el aborto, seamos optimistas y digamos que sólo la mitad muere. Es decir, ¡150 mujeres!

3) Hasta ahora no hay nada descabellado en cuanto a los números. Entonces, si las matemáticas no fallan, en el hipotético caso presentado, la muerte alcanza a 1150 personas, seres humanos, individuos. Surge de la suma de 1000 fetos y 150 mujeres.

4) Si el aborto estuviera despenalizado, y siguiendo el mismo caso anterior, las muertes no serían más que mil, y sólo se agregaría una mujer si se complicara la intervención, algo que casi nunca ocurre.

5) Por lo tanto, con el aborto despenalizado, se apuesta a la vida por pragmatismo, y se reduce la mortalidad en un 15%. Sí, es así, se reduce en un quince por ciento, quince personas entre cien. ¿Clarito?

6) ¿Cuándo mierda se entenderá que no puede existir una persona en su sano juicio que celebre o promueva la muerte de un bebé, feto o embrión? ¿Quién puede tolerar la tragedia de que se asesine a una persona por nacer y no sentir una vacío de angustia?

7) Por tanto, la despenalización del aborto es una necesidad imperiosa que de no imponerse cuanto antes, pone en peligro y directamente asesina a mujeres de bajos recursos. Todo aquel que esté en contra de la despenalización, es un ciego asesino que no quiere ver lo que sucede, y sólo ve su pedazo de cielo. Todo aquel que siga insistiendo en que los abortos no deben realizarse en hospitales públicos de modo gratuito, es un asesino.

8) La penalización no fue más que un modo de limpiar las conciencias religiosas, que veían en esa ley, el escarmiento y escándalo social que correspondía según lo dictado. Las clases pudientes siguieron abortando en quirófanos de alto nivel, y denostando esa actitud públicamente, simulando no comprender cómo una mujer puede ir a meterse agujas de tejer por la vagina. Siguen evangelizando, promueven campañas de adopción, insisten con subsidios para que no tomen la decisión. Está muy bien. Repito: está perfecto. Mientras siguen con eso, cada vez se muere más gente. Más y más mujeres y sus fetos. Y casi siempre son pobres.

9) ¿Será que soy un tonto que no entiendo que muchas de las asociaciones anti-abortistas en realidad gozan con la muerte de las mujeres considerándolas un justo castigo aleccionador? ¿Será que el nombre de "anti-abortistas" es una gran mentira porque todo el mundo es "anti-abortista"? ¿Será por algo que en realidad no se dejan llamar "anti-despenalización del aborto"?

10) Todos estamos contra el aborto. Los que son religiosos y los que no. Pero para aquellos que creen en un dios, les puedo asegurar que al morir, le tendrán que explicar cómo pudieron impedir la despenalización del aborto y así colaborar con un 15 % más de muertes. ¿Qué cuenta le quieren llevar a ese Dios? Yo, que no creo, estoy a favor de la vida, en contra del aborto, y a favor de la despenalización del aborto.


Over.



PD: El punto 1, es una suposición que puede estar errada. Claro, porque no se podría saber si del porcentaje total de abortos, el 30 % es de una extracción de bajos recursos. Bueno, ese permiso de razonamiento me lo otorgo por dos circunstancias:

1) El porcentaje de abortos es incierto por cuestiones de legalidad. No se suele confiar en estadísticas sobre hechos no registrados. Lo ilegal se cuantifica por las detenciones o denuncias, no por el acto en sí. Que yo sepa, ni se detiene, y menos se denuncia, un aborto clandestino. Eso sí, los cuerpos muertos aparecen, y casualmente son de mujeres indigentes.
2) Los hechos vitales que alcanzan a todas las extracciones sociales por igual (enfermedades, muertes, ciclios biológicos, etc) tienden a repetir el porcentaje socio-económico del sistema evaluado. Siguiendo esta tendencia, tabulé las proporciones. En fin.



Bumita, una biografía.





Ballena Borges nos hacía disfrutar con muchas de sus declaraciones. En una de esas dice:”La historia de la literatura argentina de Rojas tiene la particularidad de ser más extensa que la propia literatura que trata”. Un genio.

En el caso de la biografía de Alejandra Pizarnik que escribiera Cristina Piña, encuentro cierta mueca de fastidio que sin dudarlo me haría el gran Maestro. No es que la biografía esté mal ni fuera incompleta, simplemente es innecesaria. Digo, Pizarnik fue (y sigue siendo) la mejor poeta que diera Argentina. Lo remarco por su obra como corpus como así también por la maestría de sus “pequeños” poemas. Lo remarco por su poesía-látigo. Lo remarco porque escribió: “Cómo explicar con palabras de este mundo que partió de mí un barco llevándome.”

Pero hablaba de la biografía. A ver, en primer lugar, Piña tiende a buscar datos de la vida privada que de algún modo encajen o tengan injerencia en su obra. Muy pocos. Después, abusa de las citas de Ivonne Bordelois, que paradójicamente escribe mucho mejor que Piña sobre Pizarnik, menos sistemática y mucho más poética. Para rematarla, bordea la sexualidad de Pizarnik sin llegar a ningún sitio, dando a entender sin decir nada, siempre de modo innecesario. Diría para resumir: “Leí toda la biografía, esperando que comience. Y sigo esperando que comience.”

Como detalle final, es importante saber que Pizarnik no estaba dulcemente loca (nadie lo está), y menos aún que esa supuesta condición fuera la gran responsable de su obra. Pizarnik era gordita y fea en su adolescencia, como lo son muchas chicas, y la angustia o dolor que eso puede causar, se templa con el tiempo, cuando al rodar los años, uno se sabe autor de su elegancia, y ya la fealdad o peso son formas de la mirada.

Aún así, algunos no tienen la suerte de pasar la tormenta, y como Pizarnik, se empiezan a meter pastillas. El problema no es la pastilla, sino los pequeños milagros domados por el diablo. Así, las anfetaminas lo revuelven todo, quitan el hambre, quitan el sueño, aumentan la euforia, y como precio se cobran la precisión mental. Pizarnik se debatía entre dos angustias, entre dos procesos que la mareaban entre la realidad y el trastorno. Y cuando ya el diablo apretó las riendas, el seconal hizo el resto para dormirla hasta hoy.

Bumita esta muerta, calmada para siempre. Nos quedan sus palabras. A ver, diagmos las cosas como sos: existen Olga Orozco, Bordelois, Piña, Storni, y tantas más, pero a Pizarnik no le pisa los talones nadie. Nadie.


Callemos y leamos:


MADRUGADA

Desnudo soñando una noche solar.
He yacido días animales.
El viento y la lluvia me borraron
como a un fuego, como a un poema
escrito en un muro.


SOMBRAS DE LOS DÍAS A VENIR
a Ivonne A. Bordelois

Mañana
me vestirán con cenizas al alba,
me llenarán la boca de flores,
Aprenderé a dormir
en la memoria de un muro,
en la respiración
de un animal que sueña.


Tú eliges el lugar de la herida
en donde hablamos nuestro silencio
Tú haces de mí vida
una ceremonia demasiado pura


Tu voz
en este no poder salirse las cosas
de mi mirada
ellas me desposeen
hacen de mí un barco sobre un río de piedras
si no es tu voz
lluvia sola en mi silencio de fiebres
tú me desatas los ojos
y por favor
que me hables
siempre



Over.

martes, 16 de septiembre de 2008

Llévelo.




Más moderno que nunca, en 1932 nuestro gran Roberto, a quien se le escapó la invención de las medias que no se corren, nos liquidó con su famoso prólogo a "Los Lanzallamas" (Los siete locos, "segunda temporada.") Este extracto lo llevo de estampita. Al que quiera, lo imprime y lo recorta y lo pega al lado del teclado. O arriba del monitor. O lo dobla y lo lleva en la billetera.

"Han pasado esos tiempos. El futuro es nuestro, por prepotencia de trabajo. Crearemos nuestra literatura, no conversando continuamente de literatura, sino escribiendo en orgullosa soledad libros que encierran la violencia de un "cross" a la mandíbula. Sí, un libro tras otro, y "que los eunucos bufen". El porvenir es triunfalmente nuestro."


Amén.



Over.

Usted, mister deinsher!





Sólo una apostilla al respecto. Con la incalculable cantidad de reproches que se le pueden hacer a Hugo Chávez, se podría hacer un mitín partidario de no menos de una semana de duración. Ya el hecho de ser presidente de una nación, presupone abuso de poder, sea donde sea. Entonces hablaríamos de gradaciones, ya no de democracias o buenos gobiernos sino el nivel de abuso con el que un mandatario ejerce su gobierno. Por caso, ser padre es, en definitiva, abusar del poder, poco o mucho.
Dicho así, suena muy radical, y no faltarán disensos. No me importa, les doy a todos la razón, en principios ya resueltos jamás me interesa disuadir o evangelizar (ambos verbos significan lo mismo).

Decía, dejando de lado toda la política de Chávez, me resulta entrañable escucharlo gritar: “Vayanse al carajo, yanquis de mierda”, “Mister Danger”, “Genocida y borracho, Mr Bush”, o el desopilante paso de comedia en la ONU: “Aquí estuvo el demonio”, con ristra de ajos y todo. Está bien, tranquilos, dirán que es pura demagogia, que es para la tribuna, que es puro bla, bla, bla. Ok, pero lo dice y lo grita por cadena nacional. ¿Tu gran presidente, lo dice?

Over.


"El imperialismo embrutece" (El Che)

lunes, 15 de septiembre de 2008

Queremos tanto a Julio.





Primero, el inmenso Julio escribió, en “Otros Cinco poemas para Cris”, esto:


Creo que no te quiero,
que solamente quiero la imposibilidad
tan obvia de quererte
como la mano izquierda

enamorada de ese guante
que vive en la derecha.



Algunos años después, extendió el poema, y en el capítulo 93 de Rayuela, se despachó con esto:


Pero el amor, esa palabra... Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación de] amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero.


Muchos años más tarde, arrodillado frente a su tumba en Montparnasse, pensé en este título: “Tejes puentes”. Y con inconmensurable timidez, me salió esto:


No estaba previsto ni estipulado,
Ni en tu zodíaco ni en la borra,
Pero tejías puentes para mí,

Para mí y para ella,

Entre mi olvido y su impaciencia
Entre el amor y la ficción.
Sé, porque tú no sabes,
que me soñaste

A mí y a ella,
entre clochards y bebés.

El hilo cumplió su sentencia,
ató espíritus,
calmó corazones
abrió mundos.
Y después se cortó;
como todo hilo real, se deshizo para siempre.







Over.



domingo, 14 de septiembre de 2008

"Saki", no sake. "Saki"






Birmania está en ese limbo que nosotros, los occidentales, llamamos “sudeste asiático”, y que asociamos a una especie de subcontinente formado por países como Camboya, Vietnam y Tailandia. Por caso, Birmania es Myanmar, y no hace tanto desde que los ingleses reconocieron su independencia. Pero voy a hablar de Hector Hugo Munro: Saki para el mundo.

Algunos años después de su nacimiento, El imperio británico conformaba un protectorado colonial en Birmania. El padre de Munro era oficial de policía de esa región, y no dudó en enviar a su hijo a Inglaterra después de la muerte de su esposa, cuando el niño sólo tenía dos años de edad. Al viajar a Europa, comienza el destino literario de Munro, al mismo tiempo que se desata su infierno. Su infancia estuvo gobernada por sus tías, su rigidez victoriana y el desagradable tono solterón que en aquella época era despreciable.

Como todo el mundo, Munro jamás pudo salir de su infancia, y sólo gracias a la literatura pudo domar por momentos aquel eterno regreso a la angustia. No es menor el peso que tuvo esa época en sus cuentos, y lo que disfrutamos con la lectura es quizás una forma de expiación. De modo oblicuo, gozamos con el dolor ajeno.

No hay vueltas, el genio de Saki estaba en sus cuentos cortos, animados por una imaginación precisa y sometidos a un golpe final que nos obliga a una sonrisa de admiración.

Hay tres cuentos indispensables: The open window, Sredni Vashtar y The story-teller. En los tres está la figura del familiar que ahoga al niño con sus costumbres y lo obliga, con esa misma presión, a salir del cuadro a fuerza de su fantasía.

En el famoso Sredni Vashtar, lo logra entremezclando el deseo con la religión, finalizando con esa mueca de placer infinito que sólo puede ostentarse cuando la venganza se hace realidad.

Con The story-teller, el desquite viene de la mano de un extraño que altera el clásico argumento de las recompensas para los niños que se portan bien. Hinchado de complicidad, quien cuenta la historia parece guiñar el ojo hacia los niños, y magistralmente uno tiende a pensar que Saki es, al mismo tiempo, el contador y la criatura. O mejor, que el narrador sólo sea otra forma más de su ilusión.

Ahora bien, con The open window, Saki, a mi gusto, alcanza el punto más alto de su cuentísitca. Historia simple y narrada con exquisita brevedad, nos deja alucinados en el final, dejándonos imaginar una impecable escena de teatro. La última línea que, a la mayoría de los autores le quedaría fuera de lugar, en este caso refuerza al cuento de un modo impactante: “Romance at short notice was her speciality.” (La fantasía sin previo aviso era su especialidad.)

De pulcro inglés, atiborrado de elegancia y cultura, es todo un desafío para el lector extranjero. Una pesadilla para el estudiante. Salvo que en este caso, el esfuerzo es convenientemente reconocido.

Con 46 años, en vez de continuar una prestigiosa carrera literaria, se alista en el ejército para combatir en la primera guerra mundial. Para mí, su final es demoledoramente lógico. Toda agonía tienta al destino. Saber sortearla o rendirse es una cuestión privada. Los grandes hombres, la hacen irónicamente públicas.



Over.


PD: Ya superadas algunas retrógradas apreciaciones sobre el ser humano, no me deja de sorprender la innecesaria información de que Saki era homosexual. Lo puntualizo porque si bien se busca mostrar la inconveniencia de esa orientación hacia fines del siglo XIX en la Inglaterra victoriana, nada tiene que ver son su producción literaria. Mas aún, el dato tiene un lejano aroma a chisme que se deforma en condena. Ay!.


sábado, 13 de septiembre de 2008

Pozo negro

Todos tenemos nuestro muro de Berlín,
antes de liquidar los años útiles
Un poco entrados en la herrumbre, quizás,
queramos o no, el muro cae,
se abre en flor o en desierto, en fe para muchos.
Cae o lo tiramos abajo,
miramos la tele o levantamos el martillo.
Baja el ladrillo, sube el polvo. El polvo.
El tiempo sucio de lo escondido. El eco.
El eco agrio de lo callado. Lo no dicho.
Sí, y todos tenemos nuestro Santo Grial.
Lo corremos para ahuyentarlo.
Le huimos. Lo huimos.
Antes de abandonar la peli, de repente
o a los tumbos, sobre aviso o inesperado,
lo acariciamos como al cuerpo moribundo
de quien no tiene que irse todavía.
Llegamos a nuestro Santo Grial y cae el muro.
Casi siempre es todo junto. Como la victoria:
de golpe pegamos el grito, y empezamos.



Over.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Little words. ¿Tiny? (" /'ti ni/ " or " /'tai ni/ "?)


Mientras discutíamos si “dead fish” debía traducirse como “pescado” o “pez muerto”, ya habiendo descartado “pescado muerto”, no se omitió el caso de ultimatum, datum, criterion y curriculum para ejemplificar plurales cultos. ¿Pero está bien “ultimata”?. Ante la ausencia de diccionarios y el apremio del frío que obraba sus poderes sobre el café, se decidió que “hot stuff”, la canción de Summer, se traduciría como “Algo caliente”, y se dio por tierra “alguien”, “material” “droga”, y demás disparates.

Eso sí, el "Bywater" era una Biblia y un martirio. La memoria retoma inútiles ejemplos, como el genii como plural de genius, o que se venció al prepotente plural de “oasis”, trocándolo en inglés a “oases”, o "thesis" y su “theses”.

Estamos, pero nada pueden hacer con “means” ni con “sheep”, y a uno le cuesta tolerarlo. Cuesta. Slope. And it´s a hard row to hoe. Cuesta, decía, como el maldito “brethren” que me costó un aplazo, que no lo olvido, y que no sirve para nada. Nada.


Over.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Allende. El que vale.





Cuando la distancia se abruma de engaños, opiniones y vergüenzas, nunca falla la posibilidad de medir una acción por sus detractores. Es simple, colocamos una bandera en el medio de la plaza y quitamos un juego de los niños. Preguntamos quién está a favor y quién en contra. Si no sabemos qué pensar, analizamos a los electores, y voilà!

Yo sé qué pensar sobre Salvador Allende. Yo sé lo que quería y lo que quiso. Como tantos otros, sé lo que no pudo hacer. Pero tú quizás no sepas quién fue, o por qué se fue, ni siquiera hayas oído el disparo que dejó el cuerpo y se llevó la idea para que ningún asesino pueda lavarla. Si no sabés, bueno, Allende ganó por poco margen la presidencia de Chile en 1970. Nixon y amigos hicieron de todo para impedir que asumiera. Lo intentaron no una sino dos veces. Fallaron. El miedo, la avaricia, la ignorancia y la derecha, se encargaron de seguir minando el camino. Ese día, el asesino, cobarde y ladrón de Augusto Pinochet, se robó el poder del país. Pero Pinochet no pudo matar a Allende, y ésa es la mejor lección.

Por eso, si no sabes nada, si escuchas de todo por ahí, lo que digo es que de un lado estaba Allende y del otro, Pinochet, los militares, Nixon y la derecha. ¿Estamos?



Over.



PD:
"(...) Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores! Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición."
(Salvador Allende, 11 de septiembre de 1973, 9.03 de la mañana. Radio Magallanes. Chile.)

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Palabritas



Recuerdo, aun cuando no lo haya vivido, una sala más bien grande, con sillones de ratán y unos mantelitos bordados que se acomodaban con el olor a alcanfor, un olor lento y preciso, acuñando para siempre toda la escena en mi memoria.

Y aunque nunca estuve ahí, recuerdo a las señoras con sus vestidos estampados de flores apagadas, gordas y aburridas, con los abanicos negros que usaban para espantar el calor y las moscas; el calor y las moscas aunque en el fondo se ilusionaran con ser capaces de borrar tedio; el tedio de media tarde suspendido para siempre en las partidas de canasta y los cartones acumulándose prolijamente en montoncitos sobre los mantelitos bordados. Sobre la mesa de allá a la izquierda.

Y recuerdo, con ningún derecho ni razón, los ventiladores blancos, anestesiados en un hipnótico y pesado movimiento, atrapados en su giro del mismo modo que las señoras se iban derritiendo con la tarde, jugando a la canasta, cartas de la muerte, silencios de lo ido. Lo que ya no vuelve. Las viudas.


Over.

Todo recto. Hasta el fin del mundo.





Hay varias cosas que le juegan en contra a este libro. La primera es el tamaño de la foto del escritor en la solapa, digna de una fotonovela de los 70`s (al menos en la edición de Anagrama). La segunda, es la opinión del propio autor sobre la novela, en donde aclara que “no se trata de una novela de amor, ya que de ser así, no se hubiera escrito.” La tercera – y menos considerable – es la forzada intención de la editorial de hacer pasar como novela una perfecta nouvelle mucho más breve que El Perseguidor.

"Mil veces buscó los ojos de ella, y mil veces ella encontró los suyos. Era una especie de danza triste, secreta e impotente. Hervé Joncour la bailó hasta muy tarde."

Hay varias cosas que planean sobre lo frecuente de una obra breve. La primera, capítulos cortos que dan la sensación de espacio, haciendo que la sucesión de aros conforme una cadena firme y clara. La segunda son los diálogos cortos y precisos, sin lugar a largos discursos ni a especificaciones sobre los personajes al usar la palabra. La tercera – y clásica – es la sentencia final de cada capítulo, donde se debe equilibrar la idea de fin y redondez pero sin descuidar la necesaria continuación.

"- Nunca oí ni siquiera su voz.
Y después una pausa.
- Es un dolor extraño.
Quedo.
- Morir de nostalgia por algo que no vivirás jamás."

Por último, hay varias cosas que hacen de esta novela, un placer. La primera, la engañosa simplicidad del argumento, donde Baricco, con gran habilidad, les da luz a cuestiones de trascendencia existencial en la vida de un hombre. Logra que un escenario decimonónico no acuse vejez ni adultere la intención del autor: narrar la vida de un hombre y terror de sus deseos inconclusos. La segunda, la imposición de un estilo en una historia cuyo argumento adolece de sustento o ramificaciones, haciendo uso de la repetición, la poesía en prosa, la caducidad de lo establecido, el desapego a la rigurosidad literaria, la inestabilidad de formas y conceptos. La tercera – y la más agradable – es la certeza de estar observando la aparente fortuna de un hombre cuyo equilibrio se manifiesta como un ineludible "aquí y ahora", atada a una posible advertencia oriental que rezaría más o menos así: “Tendrás todo, pero no todo a la vez, y sólo lograrás lo nuevo, perdiendo algo bello a cambio”. Habrá que ver si la ecuación sale a cuentas. Si el bovarismo no es una ruta a la que se ingresa, con y sin intención, desde la felicidad o desde la más honda ruina.

"Era, por otra parte, uno de esos hombres a los que les gusta "asistir" a su propia vida, considerando impropia cualquier ambición de "vivirla"."

Over.



Pd:
"- Estabas muerto.
Dijo.
- Y no quedaba nada hermoso en el mundo."


lunes, 8 de septiembre de 2008

Si no querés, no lo leés. Punto.





En su mayoría, las intervenciones neurológicas se realizan con el paciente relajado pero despierto. Esto se debe, principalmente, a dos razones:

1) El cerebro no duele. A diferencia de otros órganos, el cerebro no acusa dolor al ser tocado o intervenido. Por caso, cuando sufrimos dolor de cabeza, lo que se inflama son las meninges, las cuales recubren al cerebro. O bien algún músculo o bien el cuero cabelludo, pero el cerebro no duele.

2) Debido a lo delicado que implica intervenir el cerebro, se necesita hablar con el paciente para saber si se están tocando zonas que afectan al lenguaje, la comprensión, la vista, etc. Es muy interesante observar cómo al presionar cierta zona del cerebro, se le pide al paciente que diga su nombre y se escucha un balbuceo incomprensible.
A ver, no es que no se sepa hoy en día dónde residen las diferentes áreas que controlan nuestras conductas, el punto está en lo microscópico de las células y tejidos que las componen, por lo que no se puede, con tanta precisión, saber si se está dañando o no alguna conexión.

Dicho lo anterior, expongo el caso de Gerardo S.:

Intervención para extirpar tumor benigno en el cerebelo.

Síntomas: ataxia y vómitos.

Técnica: con la espalda elevada en el plano vertical 60 – 90°

El paciente Gerardo S. acepta la intervención quirúrgica con la sola condición de que su psicólogo, Mariano P., esté presente en la cirugía. Analizado el pedido, se decide aceptar la presencia del psicólogo cuyo apoyo se evalúa beneficioso para el paciente.

Después de que se atraviesa la duramadre, el cirujano comienza a analizar la mejor forma de extirpar el tumor. Con cierta asiduidad, el profesional le pregunta al paciente su nombre, sus gustos preferidos de helado, el nombre de sus hijos, algunas operaciones matemáticas simples o el movimiento de algún miembro.

Aproximadamente a los 30 minutos de comenzada la intervención, el paciente le pregunta al cirujano si tiene a la vista su cerebro. Ante la respuesta afirmativa, el paciente dice: “Mariano, ésta debe ser la primera vez que puede ver la mente un paciente, no se lo pierda”. Tras la sonrisa del psicólogo, el paciente se dirige nuevamente al cirujano: “Doctor, podría mostrarle el inconsciente a Mariano, por favor, y de lo posible sáquele una fotografía”.

Ante tal sugerencia, el doctor responde: “Señor O., el inconsciente es una forma profunda del pensamiento y la memoria, es posible que resida gran parte de él en el hipocampo, pero probablemente las conexiones vayan más allá, y así también tenga su injerencia el hipotálamo y las amígdalas”. El paciente agrega: “Bien, entonces está en un lugar pero todavía no se sabría exactamente dónde. Ya se sabrá, ¿cierto?”

Contesta el doctor: “Bueno, para decirlo de algún modo, lo que usted denomina “inconsciente” es algo que no significa lo mismo en el campo de la medicina. No le puedo asegurar que exista del modo que se describe, pero al menos yo, estoy seguro de que clínicamente se le puede atribuir un lugar en el cerebro, claro, y que en no mucho tiempo se podrá localizar con precisión. En la "Science" se publicó un artículo sobre una técnica que podría “leer” un pensamiento, no ya como actividad neuronal sino decodificada, todo a través de una enzima que permite que los neurotransmisores se comuniquen con alguna máquina. La biotecnología.”

El paciente, levantando ligeramente su mano derecha, le dice al psicólogo: “Mariano, ya ve, no falta mucho pero todavía hay tiempo para seguir con las sesiones. Todavía hay espacio para seguir convenciendo a los pacientes sobre el inconsciente como un espacio insondable y al analista como el único decodificador. Me pregunto si a usted lo remplazará una máquina o un médico. Yo no sé qué preferiría”. Mientras el psicólogo comenzaba a explicar que lo del “locus” para el inconsciente era una bravuconada positivista, los cirujanos y el residente, no pudieron (o no quisieron) ocultar sus suaves risas socarronas.



Over.






domingo, 7 de septiembre de 2008

Eso, que me salí de mí, qué tanto!


No sé por qué preguntan tanto, simplemente empecé por las manos, primero la izquierda sostuvo a la derecha y así me la fui metiendo para adentro. Para la izquierda usé la boca, más precisamente los dientes, mordí la punta de unos de los dedos y tiré para adentro. Ya con las manos en mi interior, todo fue mucho más fácil. Tiré de mi cabeza para abajo y después con las dos manos agarré la pierna derecha y la traje hacia el estómago. La pierna izquierda no ofreció gran resistencia, pero me aseguré de bajar hasta el piso ya que la caída hubiera sido un problema, a esa altura las manos no eran tan controlables.

Bueno, nada, eso, me traje la pierna izquierda y ya. ¿Por dónde salí? Por el ombligo, por dónde más, de adentro se abre con una facilidad pasmosa, se lo da vuelta y cede. Cede todo, porque se abre lo suficiente como para que uno pudiera salir.

Ahora sí, me llama la atención con qué alarma se tomó todo esto. Desde sectas satánicas hasta milagros divinos, señales extraterrestres o venta de órganos. La mafia también, siempre se la culpa a la mafia de algo, y nadie chilla.

Pero ya ven, nada de eso, simplemente tomé la decisión de salir de mí, cansado ya de estas imposiciones limítrofes que la piel, tan autoritaria ella, se la pasó imponiéndome toda la vida. ¿El primero? Hay tanta gente que se sale de sí misma, parecería que no todos vivimos en el mismo mundo, joder.


Over.


sábado, 6 de septiembre de 2008

Pozo negro




Aullido de libros mudos,
¡Escuchen!
Marineros del desierto
¡Ignoran!
Todo es ajeno y triste.
Piel de lluvia, no anochezcas
El grito ciego es la metáfora
no el temblor de tu ausencia
ni la terca coordenada del amor
Viajemos, sin suerte de aprendiz
Borrarás mis días de letras de odio
Palabras del sueño, el otro viaje.
Aúllan en el agua, los destellos del ayer
¡Sombra a ellos! ¡A todos lados!
"La noche es luminosa, con tu jadeo aquí".
Esa no es la metáfora. No. No es.


Over.


viernes, 5 de septiembre de 2008

Nina, la sacerdotisa que baila su voz.







Claro, pero lo fundamental es que Nina Simone era compositora y tocaba el piano como un ángel. Su voz era otro instrumento, una parte fundamental en su propio universo de semitonos y susurros. Jadeante como el amor que se alcanza y se pierde, montaba su fraseo al ritmo del desconsuelo y la plegaria. La plegaria.

Decía, la plegaria, porque Nina Simone luchaba por los derechos civiles, a su modo, estremeciendo con su cara negra, los oídos de los blancos, y fue detenida, y fue enjuiciada, y no calló. No calló su oposición a la guerra, y no calló su cercanía a la religión, con ese Lord al que apela para que interceda siempre ante las situaciones límite. De niña había sido ahogada en el evangelio, y aunque no se hundió en el obvio gospel, sí trasladó su devoción a la lírica. "Forbidden Fruit", por caso, anoticia alegremente sobre el pecado original, entre palitos que caminan junto a la melodía hasta agruparse en el pegadizo estribillo.

Hay algo que a todo el mundo le sale mejor. A Simone no había con qué darle cuando iba repiqueteando sobre el piano y sacaba de su garganta esa imposible duplicación de su propia voz, como si pudiera al mismo tiempo, cantar la línea principal y el coro fuera condimentado con trémolo cada palabra. Irrepetible.

Llegué a la sacerdotisa por un camino poco pensado: esa escena cautivante del final de “The Thomas Crown Affair”, perfumada de Magritte y el hipnótico “Sinnerman”, otro posible resumen de su carrera. Después llegaron "I put a Spell on you", el agridule “Love or leave me”, o “Trouble in mind”, esa canción que Richard Jones compuso antes que Ray Charles. Ah, y por supuesto, cómo no, el hermoso y sobrevalorado éxito, "My baby just cares for me" que volvió de 1964 para imponerse treinta años después.

Lo último que editó, antes de abandonar la peli hace apenas cinco años, es toda una declaración: “Il n’y pas d’amour heureux” En criollo, “No hay amor feliz”. Punto.





Over.


Pd: ¿ok?


jueves, 4 de septiembre de 2008

Fría sólo la piel.






Llegó tan bien publicada, en la edición tan bien editada de Edhasa, sí, de cubierta sobria, y de contracubierta hermosa. Sí, uno de esas novedades tan recomendadas por la comunión de alabanzas entre crítica y lectores. Sí, esos libros de los cuales desconfiamos y raramente leemos, compramos, pedimos prestados; (al margen, ¿Los críticos no son lectores?).

Pero hay excepciones, claro que las hay, y La Piel Fría (“La Pell Freda”, en su original, con la maldita “ll” que delata a quien no habla el catalán), de Albert Sanchez Piñol, es una obra de ingeniería literaria, llena de todo lo que debe tener una novela que quiera acercarse a la perfección. Por muy poco no la alcanza, y quizás todo se deba al primer tercio de la historia, donde con cierta pereza narrativa, el autor intenta lograr figuras literarias o descripciones sentenciosas que por lo menos están desenfocadas o le quedan un poco grandes.

La clave de la novela es la historia en sí (algo tan poco presente en la narrativa actual y casi desdeñada por la literatura argentina). Dije, la historia, la trama, el argumento, que de un aparente minimalismo, se nutre de metáforas y figuras que trascienden a lo contado.

Encasillada en la novela de aventuras, emparentada acertadamente con la línea de Conrad, la verdad detrás de la Piel Fría es perturbadora, y encadena la soledad, la otredad y la locura para convertirlas en una sola forma de la condición humana, enmascarando la diatriba esencial que obliga la vida al límite: el instinto como posibilidad única de resistencia.

Una historia de la sordidez, que crece oración tras oración, como si el autor creciera junto a la novela, su pulso se vuelve insostenible, y uno necesita urgentemente que todo termine, que la razón traiga, sospechosamente, algo de calma. Para bien o para mal, la calma llega siempre, pero uno desearía poder manejarle sus tiempos, claro.

¿Existen consejos de lectura? Ok, lean esta novela, por favor. Intenten pasar la primera parte, como quien navega en aguas inútiles, llenas de reflejos aburridos. Léanla, porque hay que saber que lo que dice la novela crecerá de algún modo, como pasto perdido, como musgo, como flor. Yo creo que se hace flor, lo bueno, siempre, se hace flor.



Over.


PD: Y sigo dándole vueltas al nombre de quien vive en el faro, Battis Caffó. Sí, claro, lo de batíscafo, pero no le termino de hallar la relación. Y lo que se me ocurre es tan descabellado que ni yo lo puedo creer. No me puedo creer.

Semántica del pedo, al palo!

No es lo mismo no tener nada que haberlo perdido todo”

1) A ver, en principio podemos observar que el hecho de “haberlo perdido todo” lleva necesariamente a la realidad de no tener nada. Por lo tanto es lo mismo. Por lo tanto estaríamos ante una proposición sintácticamente correcta, semántica falsa.

2) El hecho de no tener nada puede suponer un modus vivendi desde el mismo comienzo vital, por lo que no necesariamente signifique que se ha perdido algo, dado que jamás se tuvo. Por lo tanto, estaríamos antes una proposición válida desde todo punto de análisis.

3) La proposición hace referencia a dos tipos de enfoques cronológico-emocionales. Cuando uno ha perdido todo, suele hacer notar la angustia que provoca el cambio del todo a la nada, o bien, del desprendimiento de lo logrado. No tener nada, pareciera apuntar a un hecho repetido en el tiempo, que si bien puede desprenderse de lo anterior, ya ha pasado el suficiente tiempo como para nombrarlo como una cualidad inherente a quien reconoce esa situación. Por lo tanto, en un meta análisis, la proposición sería válida aunque poco clara.

Con qué dulzura me llegan esos tiempos en los que analizábamos tanta inutlidad. Tanta hermosa inutilidad. Y desde esta perspectiva, qué envidia me da saber que hay docentes que continúan sus vidas analizando la semántica del pedo, al palo!

Over.

lunes, 1 de septiembre de 2008

¿Quien lastimó a Sassy?






Sarah Vaughn corre con la ventaja de un mayor caudal de voz en comparación con Ella Fitzgerald, pero quizás por eso mismo no abisma su alcance en registros más arriesgados. Quizás Fitzgerald haya dado todo en el famoso disco "Ella in Berlin" (1960), digo, todo lo que su voz era capaz de dar como para hipnotizar en vivo a muchísima gente. Es en ese álbum donde encontramos el histórico scat sobre How high is the moon, momento en el cual entendemos que alguien se puede salir del tiempo y llevarnos de las narices a ese lugar donde solamente somos conducidos.


Del mismo modo, la mejor versión de "April in Paris" de Sarah Vaughn está en el disco “Sarah Vaughan With Clifford Brown” de 1954. No sorprende la potencia de Vaughn, pero quizás se en este disco dónde logra transmitir la palabra y su significado de una sola vez y bien clarito. Cuando pregunta al final: “Whom can I run to / What have you done to my Heart”, uno también quiere saber qué sucedió, por qué le han hecho daño a esa voz inalcanzable. Sí, a un argentino le llega “Malevaje”, y su arrabalero pedido de explicación con el que comienza. Pero en la voz de Vaughn, no sé, agita todos los sentimientos. Tanto como los de la incredulidad cuando entona “I never knew my Heart could sing”. Sí que lo sabía, y vaya cuánto.


Aún podría arriesgarme a decir que logra mejor que Chet Baker ese bolero en tempo de jazz llamado “I´m glad there is you” cuando sentencia: "In this world of ordinary people / Extraordinary people / I'm glad there is you”. Le creo, si me lo dice, le creo, y me gustaría decírtelo a vos también, y que me creas. ¿Chet Baker? Sí, con la voz barrida por la heroína gritando en susurros,: “And if I ever lost you / how much would I cry? /How deep is the ocean? / How high is the sky?”

Sarah Vaughn y Ella Fitzgerald, "April in Paris", me saco el sombrero y callo.


Over


PD: La trompeta de Clifford Brown en la versión con Vaughn es antológica. Tanto que a lo mejor me gustaría que alguna vez se editara todo el disco sólo con las pistas instrumentales.