Sarah Vaughn corre con la ventaja de un mayor caudal de voz en comparación con Ella Fitzgerald, pero quizás por eso mismo no abisma su alcance en registros más arriesgados. Quizás Fitzgerald haya dado todo en el famoso disco "Ella in Berlin" (1960), digo, todo lo que su voz era capaz de dar como para hipnotizar en vivo a muchísima gente. Es en ese álbum donde encontramos el histórico scat sobre How high is the moon, momento en el cual entendemos que alguien se puede salir del tiempo y llevarnos de las narices a ese lugar donde solamente somos conducidos.
Del mismo modo, la mejor versión de "April in Paris" de Sarah Vaughn está en el disco “Sarah Vaughan With Clifford Brown” de 1954. No sorprende la potencia de Vaughn, pero quizás se en este disco dónde logra transmitir la palabra y su significado de una sola vez y bien clarito. Cuando pregunta al final: “Whom can I run to / What have you done to my Heart”, uno también quiere saber qué sucedió, por qué le han hecho daño a esa voz inalcanzable. Sí, a un argentino le llega “Malevaje”, y su arrabalero pedido de explicación con el que comienza. Pero en la voz de Vaughn, no sé, agita todos los sentimientos. Tanto como los de la incredulidad cuando entona “I never knew my Heart could sing”. Sí que lo sabía, y vaya cuánto.
Aún podría arriesgarme a decir que logra mejor que Chet Baker ese bolero en tempo de jazz llamado “I´m glad there is you” cuando sentencia: "In this world of ordinary people / Extraordinary people / I'm glad there is you”. Le creo, si me lo dice, le creo, y me gustaría decírtelo a vos también, y que me creas. ¿Chet Baker? Sí, con la voz barrida por la heroína gritando en susurros,: “And if I ever lost you / how much would I cry? /How deep is the ocean? / How high is the sky?”
Del mismo modo, la mejor versión de "April in Paris" de Sarah Vaughn está en el disco “Sarah Vaughan With Clifford Brown” de 1954. No sorprende la potencia de Vaughn, pero quizás se en este disco dónde logra transmitir la palabra y su significado de una sola vez y bien clarito. Cuando pregunta al final: “Whom can I run to / What have you done to my Heart”, uno también quiere saber qué sucedió, por qué le han hecho daño a esa voz inalcanzable. Sí, a un argentino le llega “Malevaje”, y su arrabalero pedido de explicación con el que comienza. Pero en la voz de Vaughn, no sé, agita todos los sentimientos. Tanto como los de la incredulidad cuando entona “I never knew my Heart could sing”. Sí que lo sabía, y vaya cuánto.
Aún podría arriesgarme a decir que logra mejor que Chet Baker ese bolero en tempo de jazz llamado “I´m glad there is you” cuando sentencia: "In this world of ordinary people / Extraordinary people / I'm glad there is you”. Le creo, si me lo dice, le creo, y me gustaría decírtelo a vos también, y que me creas. ¿Chet Baker? Sí, con la voz barrida por la heroína gritando en susurros,: “And if I ever lost you / how much would I cry? /How deep is the ocean? / How high is the sky?”
Sarah Vaughn y Ella Fitzgerald, "April in Paris", me saco el sombrero y callo.
Over
PD: La trompeta de Clifford Brown en la versión con Vaughn es antológica. Tanto que a lo mejor me gustaría que alguna vez se editara todo el disco sólo con las pistas instrumentales.
3 comentarios:
Hola! Vengo a comentar que sigo fielmente este blog y me gustó el post de Carver, tan asi fue que me encontré volviendo al cuento ese mencionado que aparece en "Catedral" y llegué también a la tésis de un japonés(?) acerca de lo errado de considerar minimalista a Carver.
Ah, y también estoy cocinando un regreso...
¡Saludos!
Ja! Bueno, para un japonés, supongo que Monterroso es barroco!!! Yo creo que un occidental no debería hablar de haikus y suicidios. POr lo mismo, un oriental no debería hablar de minimalismo ni pasiones descontroladas. ¿Será una cuestión de climas? jajajaja
Cocine, vamoooooosssss!!!!
Y de Nina? Nada? Please dont let me be misunderstood...
B.
Publicar un comentario