sábado, 31 de marzo de 2012

Pozo negro

No avisa.
Una planta llena de flores, borrada en la oscuridad.
La noche de un lugar cerrado. Te espantaría.
Pero la flor está ahí, guiñando su color irreal.
No avisa y se termina.
Alguien siempre enciende la luz.
Para bien o para mal. Alguien. Siempre.


Over.

domingo, 25 de marzo de 2012

Flotando.

Para quienes leemos literatura inglesa en su idioma original, una novela de Ishiguro nos conectará indudablemente con ese Queen’s English que nos enseñaron en nuestros años de estudio de ese idioma. Una forma de hablar y escribir el inglés británico, que se da en una pequeña parte de la isla. En otras palabras, una versión demasiado correcta, prolija, elegante, casi irreal.

Nos encontraremos con expresiones tales como “I remember my having told you”, “It´s been most kind of you, sir”, o bien tantas palabras de origen latino, que a nosotros nos suenan familiares, pero que a un anglosajón lo remite a un nivel superior: “timid”, “converse”, “sentiment”, “impertinent”. O ese “why” en medio de la oración.

Para quienes no podemos escapar de esta observación, las novelas de Ishiguro nos deparan este registro. Al menos, a mí, me detiene, ya no a modo de obstáculo sino de análisis paralelo.

En cuanto a la novela, en An Artist of the Floating World sin dudas encontraremos similitudes con su famosa The remains of the Day. Más que nada en la presentación de clases sociales, formas de dirigirse a otra persona según su posición, y por qué no, la aquiescencia inquebrantable ante estructuras socio-culturales.

La historia es poco compleja: un pintor reconocido recuerda hechos de su vida, gatillados a partir del casamiento de su hija menor. Y en esos recuerdos, ingresarán las posturas morales y políticas de alguien que cometió errores que en su presente podrán complicar ciertas decisiones.

Una obra breve, y por eso mismo sorprendentemente morosa, donde escenas de crucial significado se hilan con diálogos ingenuos e irrelevantes. Kazuo Ishiguro trabaja lo simple, pero con las repercusiones que esa palabra esconde. Un diálogo en el jardín puede compendiar, solapadamente, el fondo de la cuestión.

Ciertamente no estamos ante lo mejor de su producción, pero no podemos dejar de afirmar que el tratamiento del personaje principal es impecable. Alguien que parece, dócilmente, arrepentirse de algunos errores, y que justamente, con la misma sospechosa liviandad, jamás lo hace.

Over.


PD: Es en esta novela donde aprendí el significado de un "miai" o de un "go-between", tan araigados en la cultura japonesa, aunque en mucho menor grado hoy en día, según cuentan las crónicas actuales.


Memory goes dimmer...




Esta parte de la letra. Esta-parte-de-la-letra.

The air is gettin' hotter, there's a rumblin' in the skies.
I've been wadin' through the high muddy waters,
But the heat riseth in my eyes.


Everyday your memory goes dimmer,
It doesn't haunt me like it did before.
I've been walkin' through the middle of nowhere,
Tryin' to get to heaven before they close the door.
When i was in missouri, they would not let me be.
I had to leave there in a hurry, i only saw what they let me see.
You broke a heart that loved you,
Now you can seal up the book and not write anymore.
I've been walkin' that lonesome valley,
Tryin' to get to heaven before they close the door.
People on the platforms, waitin' for the trains.
I can hear their hearts a-beatin', like pendulum swingin' on chains.
When you think that you've lost everything,
You find out you can always lose a little more.
I'm just going down the road feelin' bad,
Tryin' to get to heaven before they close the door.

I'm goin' down the river, down to new orleans.
They tell me everything is gonna be all right,
But i don't know what all right even means.
I was ridin' in a buggy with miss mary jane,
Miss mary jane got a house in baltimore.
I've been all around the world boys,
I'm tryin' to get to heaven before they close the door.
Gotta sleep down in the parlor, and relive my dreams.
I close my eyes and i wonder, if everything is as hollow as it seems.
Some trains don't pull no gamblers,
No midnight/midlife? ramblers like they did before.
I've been to sugartown, i shook the sugar down,
Now i'm tryin' to get to heaven before they close the door.



Over.

lunes, 19 de marzo de 2012

Palabritas

Es como haber vivido en otro país, mil vidas antes, privado de mi conciencia, pero sospechando mi ser, en algún otro lugar, dentro de mil vidas, en mi país, cerca de casa, abreviando un espacio que va entre la juventud y la muerte, sin querer confirmar nada.

Sólo tu cara con una cara mía, un cuerpo que después será todos los cuerpos que me miren con esa cara que ya es la tuya o la mía, pero yo sé todo. Ahora sólo ruedan mis restos, desde al amanecer hasta el final, cuando, cerrado el día, vuelvo a repetir. Tus manos, esencialmente tus manos honestas, que ya no se repiten.


Over.

viernes, 16 de marzo de 2012

Palabritas

El grillo se hinchó de amanecer, tras torturarme, tenaz, ahí afuera, en algún lugar del vacío oscuro: la calle. Y escribió en mi cabeza estas palabras: que al perro se le acaricia la cabeza, y al gato, el lomo. Que el gato, mirando a los ojos, gana. Y que el gato, así, sospechosamente rendido, nos hace creer en la ilusión de la lámpara de Aladino. Sigue frotando, parece decir, mientras su tembloroso cuerpo nos engaña de amor.


Over.

martes, 13 de marzo de 2012

Muy hoy!

El chiste cobra significado si se vive en Argentina, específicamente en la Capital Federal, y sólo dura por hoy o algunos días más.

Lo del Puma es asombroso. Lo de Astro, una peli para niños. Grandiosa cotidianeidad (que me gusta más que "cotidianidad")






























Over.

Pozo negro

Está más lenta la luna, y lento yo y llueve por siempre
Agua rota que grita mi voz: es eléctrico tu no estar.
Está más lenta, ¿la ves? La noche nos armó esta luz,
atravesados de palabras en todos los idiomas. Silencio.
Me despierta tu rumbo, y te sigo, idiota, lento, desarmado.
Nadie dura mucho tiempo así. Alguien cae, algo cae.
Por entender tu lugar, en este universo de realidad.
Si me suelto, pienso. Si pienso, entonces luna.
Está lenta la luna esta noche que llueve para siempre. Silencio.


Over.

domingo, 4 de marzo de 2012

Cambiar los ladrillos de la pared.

Discutidamente emparentada con la literatura de Huxley, Las Partículas Elementales de Houllebecq ensaya una profundidad más romántica o existencialista, mientras que las propuestas del autor inglés tienden a enfatizar el argumento de sus obras.

Esta obra, según mi opinión, no persigue la polémica sino la presentación de las posibilidades ontológicas que ofrece la ciencia más radicalizada. La antigua (y quizás ya agotada) dicotomía entre ciencia y religión, entre filosofía y la más dura evidencia fáctica.

La narración columpia entre el ensayo y la ficción, intercalando sin puentes ambas expresiones. Tomando como eje la historia de dos hermanos que comparten no sólo una madre abandónica sino las consecuencias de esa soledad temprana.

Bruno, protagonista de una infancia aberrante, y Michel, supuestamente más contenido pero de igual modo arrojado el mismo desierto de incomunicación, se transforman en la base de una novela apasionante en la que sólo caben la desgracia, la urgencia y el abandono.

La extensión y minuciosidad con la que se relatan escenas de sexo explícito, buscan desmembrar el placer del sentimiento, queriendo demostrar que el sexo y la procreación no tienen una ligazón necesaria.

Toda la novela gira sobre la pérdida de la juventud, el aparente fin de todo a los cuarenta años, la idea de que a partir de esa frontera, sólo queda sobrevivir y esperar a la muerte. Claro, siempre desde la perspectiva de los personajes, quienes se encuentran sujetos al placer más básico y atan la existencia a la edad.

Todo se irá desmoronando con el correr de los años, desaparecerá el deseo, el placer, la ambición, y sólo puede sobrevenir el deterioro, el fracaso y la muerte. Así de apocalíptica y breve es la vida para el hombre, y nada, ningún pensamiento, religión o corriente filosófica, puede interpelar o refutar esa realidad. El hombre goza, el hombre desea, el hombre gana, el hombre pierde, y en el fondo hay un egoísmo y una brutalidad que sólo llevan al desamparo.

Entonces, y sin revelar el final, la salida es científica y radical: el hombre no cambiará hasta tanto no se cambie al hombre como ente. Se deberá alterar su genética para que no quede espacio para la locura, la maldad, el desprecio y el temor incesante a la muerte.

Juzgo a esta obra como una novela absorbente y conmovedora, que nos moviliza hasta la rabia y el rechazo. Porque de algún modo nos vemos definidos, y eso que leemos sobre nosotros mismos no nos gusta. Y sabemos que hay poco por hacer.


Over.


PD: En la pág 67 (edición de Anagrama, Arg 2011) podemos hallar una clave a toda la novela. Leemos sobre las “historias coherentes de Griffiths”. Allí se afirma (sin descubrir gran cosa), que una historia puede ser perfectamente coherente pero no por eso real. Nunca hay que olvidar eso.