viernes, 16 de abril de 2010

Como ráfagas.


Llenamos de carteles el camino, definimos lo bueno y lo malo y punto, lo que pasa es que tengo la duda de no poder hacer más que sustituir esos carteles de los que te hablo, habría que aprender a vivir sin ellos, bueno, sí, otra vez me mirás y me decís, “yo también soy un cartel”, y yo pienso que te quisiera contestar pero no puedo, “pienso que pienso”, esas tres palabras juntas son impresionantes, la idea del pensamiento atrapado en una caja china, o en un inmenso espiral infinito cuyo mareo es tan tenue que ni siquiera nos damos cuenta de que estamos girando, basta, quiero detenerme, tan sólo quiero observar cómo el aire va llenando tu cuerpo, cómo los ojos se te quieren escapar de los párpados,

tengo la sensación de haber usado demasiadas palabras para decir dos o tres cosas, haber manipulado ideas sin sustento, haber empañado todo con explicaciones, haber abusado de un solipsismo al que ni yo sé si termino de subscribir, no sé, no sé qué hacer, quizás hacer algo en esas circunstancias no es lo más aconsejable, mejor quedarse quieto, esperar, ojalá pudiera esperar, ¿esperar?


Over.


sábado, 10 de abril de 2010

Dijo.

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Elaborados. Mis ajustes, mis inhibiciones, mis frenos. Cuando lo básico se elabora.

Por ejemplo, te sentaste frente a mí y me dijiste que sólo una vez golpeaste a un hombre, pero que tuviste una muy mala experiencia. Te miré, y te seguí mirando.

Estábamos en el colectivo y un hombre mucho más grande que yo, me empuja para bajar, lo increpo, pendejo, qué te pasa, y yo había venido desde Córdoba hacía como un mes, y no hablaba con nadie, me tocabas y te ahorcaba. Lo empujé, me tira una piña que la esquivo fácil, y ahí le largo un derechazo a la sien. Lo dormí, y el tipo cayó para un costado, como si le hubieran pegado un tiro, pero con tanta mala suerte que se da la cabeza contra un escalón, y se queda.
Se escuchó el ruido clarito, como cuando golpeás una piedra contra algo de plástico. No me daban las piernas para correr, te juro, y la pasé mal durante mucho tiempo, porque yo estaba seguro que lo había matado, y si alguien me vio, estaba frito. Todavía hoy creo que ese tipo quedó ahí.

Me reí o no, o te dije algo, pero en los ojos te volvió el miedo, se te congelaron, habías confesado otra vez. Otra vez el muerto que te sigue desde chico. De algún modo u otro, todos llevamos un muerto encima. Qué idiota lo que te dije, y estuviste bien en contestarme: Pero yo lo maté, es otra cosa.


Over.


PD: (Almost over ;-))

miércoles, 7 de abril de 2010

Al calor, amor.


En el deseperante e imprescindible libro "Una breve historia de casi todo", su autor, Bill Bryson, nos comunica:
"Quizás el ser humano se maraville con el mundo que lo rodea: con una puesta de sol, un baño en el mar o el sabor de la sal en la carne Se maravilla al pensar que todo eso está planeado para su placer. Se equivoca, claramente, porque en realidad el ser humano "encaja" en este mundo; su existencia es posible porque su materia, su organismo y su impulso vital, se adaptan a este bendito planeta."

Materia en la materia, un caos capaz de belleza. Un asombroso desconcierto que simula orden. Y muy bien.

Entre todo esto, hace 110 años nacía el psiquiatra Henry Ey, cuya frondosa bibliografía incluye un primer acercamiento a la relación entre crímenes y clima.

Sí lo que leyó, y lo investigado aportó la siguiente revelación:

"En los países de climas cálidos, son predominantes los crimenes pasionales, mientras que en las tierras donde arrecia el frío, se destacan los crimenes premeditados.

Pareciera, según consta en las conclusiones, que los climas calurosos provocaran en la psiquis del paciente o victimario, una alteración del tipo aguda y emocional, la cual lo llevaría a cometer un crimen a la vera del arrebato circunstancial.

Por otra parte, el clima frío sería enemigo de la furia inminente, y por el contrario, provoca la meticulosa anticipación de la tragedia."


Punto. Ahora, ya lo sabe.


Over.

domingo, 4 de abril de 2010

Para Ceci.


Volvió Ceci y vuelve mi oráculo galeno. Vuelve el piano de Jarret y la voz de Etta James. Y vuelve también, por qué no, la hora suave de la nostalgia, mi pasado imposible en un pueblo del sur, el amor bajo la sombra, el desgarro de ver que todos se van.

Volvió Ceci y me cuenta sobre una amiga que se "quedó". Que el esposo tiene una farmacia y ella se dedicó a los dos hijos, que habla de libros que enseñan a educar, y que recita de memoria lo que le sucederá a cada uno de sus niños mientras vayan creciendo. Vos me entendés lo que te quiero decir, ¿no? No hablo del eterno adolescente, que quede claro. ¿Vos qué opinás?

Opino esto Ceci ( y la mitad te lo debo):


El litio te salva o te mata, según de qué lado estés. Eutimia, Distimia, Eulogia, Eugenesia.(¿Eugenia nombre-estigma? Eu viene del griego “correcto” “bien”. Piense: Eutanasia.

Thanatos. (Ático - tanático – tan ático, ja!)

Génesis, origen, creación. Genes, genético. Teratogénico. ¿No es fuerte que terat signifique “monstruo”? Todavía viven los niños de la talidomina; mamá evitaba las náuseas, papá se sedaba, y después del primer llanto comenzaban las sospechas de focomelia. Ok, todo bien, pero por más que venga del griego, lo de “miembro de foca” es poco feliz. Feliz. Eutimia. Timia – tímida – timo. (Por 150 euros, le enseñan el uso del timo en el test del estrés, o el significado de Koriki, y a estar mejor. Eso dicen.)

Volviendo a focomelia, dismelia es menos agresivo, no es lo mismo, pero bueno, ok, sí, qué tanto con la palabra, ¿no?

Inhibidores de la recaptación de la 5-HT, se puede vivir sin saber qué son. ¿Y el citocromo P450? Se puede vivir también. Y usted quizás esté muy nervioso, y la píldora que traga tiene algo que ver con el ácido gamma-aminobutírico, o bien que la glándula suprarrenal esté segregando cortisol como loca, y que usted no sepa nada de esto no le hace nada a su vida, Ud. puede vivir lo más bien. Y que los priones no son seres vivos. Y ni hablar de los islotes de Langerhans o de la torsade de pointes.

Ud. puede ignorar tranquilamente todo eso y aún así vivir. Ah, y que los perros y los gatos tienen un temperatura promedio de 38º a 39º, y que por fin se descubrió la razón específica por la cual la mujer no rechaza el feto por tratarse de un cuerpo extraño con sangre del padre. O bien, que durante la fase REM su temperatura, respiración y frecuencia cardiaca pierden un poco el control. Qué más da, qué importancia tiene todo esto.

¿Si es útil saberlo? Bueno, no, si Ud es electricista o arquitecto, puede prescindir totalmente de su utilidad. Se puede vivir sin saber nada, mucho tiempo, y muy bien. Se puede prescindir de toda información, de interés, de búsqueda, de iniciativa. Hasta puede prescindir de respirar, que si se desmaya, el SNA lo va a hacer respirar a la fuerza. Puede actuar como su cuerpo, por impulsos eléctricos que allá en lo hondo trabajan el tejido sin pedirle permiso. No sepa nada, no averigüe nada, no insista. Ud. puede vivir lo más bien, preparar la cena y comerse un heladito. Ir a la reunión de padres y a la esquina a ver si llueve. Por lo de solipsismo, te llamo mañana. Epiplón!


Over.

Ladies and gentlemen, Etta James:










La pregunta era otra.

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Me dijiste: imaginate que estás en un avión, y la azafata te confirma que se va a pique, que busques el chaleco salvavidas y que reces o que mantengas la calma. Ok. Entonces la tenés al lado y ella te vuelve a preguntar sobre el tema. ¿Le decís la verdad o no?

Te contesté: en qué cambia, diga lo que diga ya es lo mismo, no creo que se vaya morir con menos angustia, ni siquiera sé si es mejor la verdad o la ilusión. Escuchame una cosa, yo no quiero saber la verdad todo el tiempo, para qué me vas a cagar la vida, y además, si me quedan cinco minutos, qué mierda me importa lo que me digas.

Y ahí nomás me miraste con esa sonrisa socarrona que odio más que nada en este mundo, otra vez esa soberbia, insoportable y asquerosa habilidad de engancharme cuando menos me lo espero.


Over.