viernes, 28 de octubre de 2011

Pozo negro


Lenta flor, y yo tan momentáneo.
Baja el castillo hasta mis pies;
mis pies que arden de frío y lejanía.
Lenta flor llega a mis ojos y te abre
Abierto el mundo y todo lo que vendrá.
Ya regreso del sueño y busco el vaso,
El cigarrillo prohibido y tu hermoso cerebro.
Vamos que se hace tarde, querés.


Over.

miércoles, 26 de octubre de 2011

martes, 25 de octubre de 2011

Sí, sí, dijiste eso.



Ya no se fumaba en los bares. Y yo que tengo la virtud de sintonizar con todo aquel que anda perdido en medio de todo el mundo.

Hablaban del brutalismo, la biblioteca nacional y los complejos habitacionales de la Unión Soviética. Una charla gris, claramente.

Se hace un silencio y él pregunta: ¿nunca pensaron lo que le pasa a un tipo que estuvo en coma diez años y de repente se despierta? Alguien lo mira y le dice que hay muchas películas sobre el tema. Como si no lo hubiera escuchado, él vuelve a preguntar: ¿nunca tuvieron la sensación de haber estado en coma durante diez años y de repente se despiertan y tus amigos están pagando una hipoteca?

Yo te escuché perfectamente. ¿fundimos a negro, director?


Over.

lunes, 24 de octubre de 2011

¿Desde dónde?



Nothing personal es un sueño. No, es ese canto mental que buscamos para que los ojos se venzan de una buena vez. Yo conocí mujeres así. Yo puedo ser esa mujer. Vos también habrás deseado que el mundo se abra en alguna parte y te deje escapar.

Nothing personal retrata ambos extremos de la misma soga. Esa soga que ahorca y afloja, de vez en vez. La joven que quiere olvidar, y el adulto que ya no quiere recordar.

Nothing personal puede estar soñada por él o por ella. Es mágica esa reversibilidad que permite la peli. Yo, que estoy en medio, siento el fin de una etapa y la lejanía de otra. ¿Vos dónde estas mientras ves esta película?




Over

El Rival





En mi escuela, la que construyo a fuerza de memoria, emociones y el azar de la lectura, Silvia Plath y Anne Sexton están juntas. Del mismo modo que Arlt y Cortázar, Onetti y Salinger, o Sting y Nabokob.

De este modo, siempre sentí a Sexton como la versión "canyengue" de Plath. Puesto con rigor áulico, versaría sobre la posibilidad visceral y coloquial que Plath no quiso emprender.

Lo mismo da, los nomencladores de la literatura, luchan por las clasificaciones. Es ése su eterno juego. El resto, le aportamos carbón a un máquina lenta y de mode.


¿Silvia Plath? Me arriesgo a la traducción del famoso "The Rival". Creo que está bien traducido, pero me queda en la boca el sabor de un traslado insensible. Esto es Plath:



If the moon smiled, she would resemble you.
You leave the same impression
Of something beautiful, but annihilating.


Both of you are great light borrowers.
Her O-mouth grieves at the world; yours is unaffected,
And your first gift is making stone out of everything.
I wake to a mausoleum; you are here,
Ticking your fingers on the marble table, looking for cigarettes,
Spiteful as a woman, but not so nervous,
And dying to say something unanswerable.

The moon, too, abuses her subjects,
But in the daytime she is ridiculous.
Your dissatisfactions, on the other hand,
Arrive through the mailslot with loving regularity,

White and blank, expansive as carbon monoxide.

No day is safe from news of you,

Walking about in Africa maybe, but thinking of me.

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Si sonriese la luna, se parecería a ti.
Dejas la misma impresión
de algo hermoso, pero que aniquila.

Son, ambas, deudoras de la luz
Su boca en forma de O sufre ante el mundo;
La tuya no se conmueve.

Y tu primer don es hacer de piedra todo lo que hay
Me despierto ante un mausoleo: estás aquí.
Golpeando los dedos sobre el mármol, buscando cigarrillos,
Rencorosa como una mujer, pero no tan nerviosa.
Y muriéndote por decir algo sin respuesta.

La luna, también, subyuga a sus sujetos,
Pero a la luz del día es ridícula.
Tu insatisfacción, en cambio,
Llega por correo, con dulce regularidad
Blanca y vacía, expansiva como el monóxido de carbono

No hay día sin noticias tuyas,
Caminando por África, quizás, pero pensando en mí.



Over.


domingo, 23 de octubre de 2011

Frío. Tiempos fríos.







Hubo nouvelle vague, cinema verité, cine dogma, y ahora hay otra corriente llamada mumblecore, la cual, si bien tiene algunas características que la definen, podríamos estigmatizarlo como cine Indie con ciertas reglas. Aquella corriente llamada dogma, se aplicaba más a la técnica, mientras que el mumblecore es más lábil en cuanto a las exigencias, pero quizás más representativo del producto final. De todos modos, todos lo sospechamos, atarse a una serie de procedimientos ya sean técnicos o de argumento, no pocas veces termina por contener la ansiada libertad expresiva que se busca con estas corrientes.

Sin embargo, siento que el mumblecore explora esa zona que navega entre los dieciocho y veinticinco años, y que su anclaje busca catalogar más que hacerse partícipe de un género. No se habla de la juventud en general, ni de adolescentes tardíos en general. Se trata de algo más específico, de chicos y chicas de clase media, blancos y el modo en que esa clase social (o parte de ellos) arrastra sus agujeros existenciales. Cómo se maneja la certeza de que se empieza a acabar el juego, o más bien, el lugar que deben ocupar en pocos años más. No es que se leen las cartas de antemano, sino que se acepta que sólo se puede jugar con ellas.

En esta línea, la peli Cold Weather, es un fiel ejemplo de esta corriente. El joven que vuelve a su ciudad natal, tras fracasar o aburrirse de la aventura en otro sitio, y que busca cualquier trabajo para estar a flote sólo en el hoy.
La trama quiere hacer hincapié en la relación con su hermana, aunque su laconismo pierde un poco de vista esta intención, y más que nada pone el acento en uno de los males del siglo XXI: el aburrimiento.

Casi todas las críticas hablan de una peli partida en dos. Y tienen razón. La segunda parte, si se quiere, es una extensión que se basa en una especie de argumento detectivesco, pero que más pronto que tarde adivinamos intrascendente.

Si no se disfrutan los silencios, los diálogos cortos o simplemente las miradas y gestos, la película puede provocar cierto rechazo. Es, como dije al comienzo, una película Indie, donde uno goza la fluidez y no el riff. Donde la melodía es un continuo que cumple con la simpleza.

El final está bien, pero podríamos discutirlo toda la noche. O no.


Over.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Cemento.





Si bien McEwan no profesa el minimalismo, hay en esta novela cierto ímpetu por la presentación de situaciones inquietantes con la exacta minuciosidad.

Ahí va el padre muerto, la madre enterrada con naturalidad, el pacto de silencio sin mayores sobresaltos, el rito interno que opera como salvavidas a medida.
El hecho de que hablemos de adolescentes y niños, vuelve todo más confuso, y es increíble cómo el autor nos introduce en la acción para que seamos nosotros mismos los que vemos el sótano, la grieta en el cemento y el olor que sube como confirmación de lo oculto.

Quizás sea demasiado breve la novela como para encender a cada personaje y su conflicto con el presente. Hay una confusión que va creciendo como una mancha y que parece poner a prueba a todos los niños: la elección sexual, el rol en una familia, el placer entre hermanos, la necesidad de dejar atrás un mundo.

Lo que sí es el acierto más grande de la obra, es la irrupción de ese extraño en todo el sistema. Representado en la figura del novio de la adolescente mayor, ese Otro llega para derribar el insostenible escenario. Llega para cuestionarlo todo, hasta el punto de desarmar lo que de un modo u otro se hubiera destruido. La unión sexual, seguramente, que asquea al novio, es la tensión final ante el descubrimiento de la verdad. Esa unión cuestionada cierra la parábola del quiebre, el fin del pacto, la llegada de realidad con sus leyes y costumbres.

The Cement Garden es la primera novela de McEwan, y es asombroso cómo podríamos ubicarla en medio o al final de su producción, y no hallaríamos ninguna merma, distinción o carencia de estilo. Un gran escritor desde el comienzo, sin dudas.


Over.

domingo, 16 de octubre de 2011

Pozo negro

Dices lo siento, pero en la oscuridad.
Las palabras como jirones que se abandonan
Yo estoy del otro lado, vivo en la penumbra
Nada es creíble, hoy, sin luz, desde tu boca
Aunque grites. Gritos.

Has hablado mucho, yo me he retirado
Acabo de volver de algún sitio
¿Qué has dicho?
Somos oro en la pura noche, eso repites
Y yo callo, porque ya no estoy.


Over.

viernes, 14 de octubre de 2011

Palabritas

Mientras termina la novela, ¡cuidado!, no es gratis jugar a ser grandes allá lejos, con el tiempo domesticado. Apagaron la luz, alguien olvidó la música bailando oscura, te deja vacío. Eso vuelve: el vacío de la luz apagada y la música. Ya nadie lee tus ansias, tu programa inmenso, tu pasta fácil de triunfador. Estés donde estés, la primera parte siempre habrá sido mía. Ese tonto talismán es lo único que te mantiene en pie. Es lo único que me mantiene en pie.


Over.

martes, 4 de octubre de 2011

Va y viene.





Primero es una línea irregular, ancha, bien roja, y después puntos negros, irregulares, como tinta que se cae con prolijo descuido.

Después es una explosión contenida dentro del cielo plano, huellas del olvido tras desprenderse de la vida. Algo que va muriendo con rumbo.

Después es un lienzo azul claro, algunas manchas y un trazo rojo.

Después es una sonrisa, un cadena desordenada, una señal que no alcanza, gente que se va, un pequeño caos controlado.

Y después es una serie de manchas, muy armoniosas, cuya elegancia radica en la elección de los colores.

Asi van girando, más o menos, los años.


Over.

Pozo negro

El ángel oscuro suspendido en la niebla...
Valen mis obras más que mi fe

Ahí llega el ángel oscuro, ungido por la bruma
Atado a mis ojos mientras te escucho.
¿Pero juntas ambas cosas, valen más?

Supongo que sí, alcanzo a oír, cercado ya
Por la noche y tu boca de silencios.

Nada vale para el más allá, si es lo que preguntas
No hay nada, tierra y piedra y arena en el mar
Eso seremos, más pronto que tarde.

Por las dudas, ambas cosas...

El ángel oscuro me baña de razón y me suelta
Sólo por hoy. Sólo por lo que queda de luz.

Over.