Sí, hace calor pero hay estrellas.
El agua en el aire abre la noche
y no hay ahogo peor que este síntoma
de saberte viva a esta misma hora
La hora de un doble naufragio, frío,
en el fuego brumoso de tu vana voz:
una mueca o un gesto sin rostro, fácil,
palabras como saltos sobre tus labios
Pero hay estrellas a pesar del tedio,
de la sangre que hierve en las calle
del tenaz anatema de tu amor
en esta mugre a medianoche
Estrellas a pesar de todos los mundos,
de todas las voces que inventamos,
de esta precaria orfandad de espíritu
de las prisiones que mis ojos callan.
Over.
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