domingo, 17 de enero de 2010

No, no se cierra a voluntad.




Quizás estuvo bien: el Mediterráneo silbando la marea con frío de diciembre. O el otro Mediterráneo, tantos días después, casi familiar y a la orilla del latido. Late aquí y allá, bruscamente se acarician los dos tiempos, un cruce fantástico de horas y lo que me olvido nunca se ata a lo que te olvidás. ¿te acordás que hablamos de eso? Un cerebro ubicuo que adoctrina mi memoria, como un jugador elige su silla, pero con actuado azar.

Y quizás estuvo bien, repito, porque el mundo, hoy, que ha rebotado de nuevo sobre mí, me durmió el rencor. Todo lo que fuimos es verdad, tinta y palabra. Ahora termino mi novela o tengo un hijo, pero el cerebro ubicuo se encarga de barajar, mañana, la cita de nuestro cuerpos, inscripta para siempre, en las telas del tiempo.


Over.

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