miércoles, 1 de junio de 2011

Frío, frío.

Tentado por un microrrelato publicado en una revista literaria, y no sin considerable esfuerzo, di con Cuentos Glaciales, del belga Jacques Sternberg.
No abundaré en mi opinión. No es necesario. Simplemente anoto las siguientes observaciones.

1) El título está muy bien. La tapa avisa sobre la supuesta similitud de los cuentos con aquellos escritos por Kafka o Cortázar. La suposición es revelada prontamente: sí, se parecen, en la extensión y en la intención. Y en absolutamente nada más.

2) La contratapa es desconcertante pero muy atractiva: un serie de sifones antiguos. Vaya a saber uno por qué. No importa.

3) El posfacio de Le Tellier está perfectamente ubicado. Si fuera un prefacio, lo demandaría.

4) Hay microcuentos realmente flojos. Pero muy flojos. Decididamente flojos. Intolerablemente flojos.

5) Hay, en la cantidad, algún hallazgo, pero no sé si lo es por mérito propio o por contraste.

6) Ordenar los microcuentos en "secciones tituladas" no es una buena decisión. Encima que no brillan, uno ya sabe de qué van.

7) Hay, sin embargo, un cuento que desentona: El Resto es Silencio. De repente nos topamos con una narración apabullante, de una factura impecable que si fuera el comienzo de una novela, no me cabe duda que sería soberbia. Si bien el final es previsible y no hace honor al desarrollo, es realmente de una escritura maravillosa.
Pero ahí está, casi en medio del libro, haciéndonos sospechar que el fuerte de Sternberg es el relato largo o bien la novela. Quién sabe, en castellano no hay traducciones de sus obras. Creo que tampoco las hay en inglés. De algo estoy seguro: compraría sin dudarlo una novela de este escritor para corroborar que estoy en lo cierto.

8) Ya está en mi biblioteca, extrañamente al lado de Swedenborg.


Over.


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