domingo, 16 de agosto de 2009

La cabeza llena de gente. Y en casa también.

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Me aclaró Lina:
“De algún modo, nos rodeamos de gente para no darnos cuenta. Porque si estás mucho tiempo solo, digo, si tenés mucho tiempo para ver y pensar, entonces te das cuenta y no encajás. Vas al supermercado, a la farmacia, mirás discos, pero ya te das cuenta. Por eso, hay que llenarse de gente, de actos en la escuela, de reuniones familiares, de recetas de torta de chocolate. Es una cuestión de salud, ¿estamos?”


Igual, a Lina no le creo a nada.



Over.

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