Decir que Juan Sasturain es nuestro Chandler vernáculo, es
una estupidez.
Juan Sasturain es nuestro Chandler vernáculo, y sin embargo,
lo que pareciera disminuir el valor de su pluma, más bien lo enaltece. Porque
Chandler no leyó a Borges (o no se le nota), ni a Soriano ni a Arlt. Sasturain,
sí. Y se nota hermosamente.
Ah, y porque nadie escribe como el creador de Etchenike, y
eso ya es suficiente.
Arena en los zapatos nos lleva de vuelta a las aventuras
policiales del veterano, quien otra vez hará de su perspicacia, nuestro
deleite. Creo ya haber dicho bastante sobre Sasturain en otra ocasión. Y no me
cansaré de repetirlo más adelante. Ahora es este párrafo, hacia el final de la
novela.
“Por ejemplo – prosiguió -: existe alguien que es la persona
más gorda del mundo en este momento: otro, la más alta…Pero también hay
alguien, en quién sabe qué lugar, que es el hombre que más veces ha abierto una
puerta o ha comido polenta o ha visto jugar más veces a José Manuel Moreno en
River. Ése es su sentido en la vida y no lo sabe… Los filatelistas se creen que
su vida es juntar estampillas y yo me puedo llegar a creer que seré el tipo que
verá más veces Sed de Vivir, de Vincent Minelli, pero no sé realmente cuál es
mi récord, el que me está esperando.”
Simple.
Over.
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