Me pregunto, escrupuloso, si hay un ligamen entre esta
novela y la anterior del mismo autor, Open Door. Me pregunto si atesora esa afirmación alguna
diferencia, si la enaltece, la neutraliza o la obliga a otra lectura. No me
contesto nada, no quiero, no me interesa. Porque volvió la misma abundancia de
vacíos y pasos inútiles. La total aquiescencia de vivir de una innominada mujer
que ahora tiene a su hijo.
Paraísos se va abriendo con una naturalidad que no
sorprende. La certeza incuestionable de que lo que cae, termina cayendo, más
tarde o temprano, en la tierra que lo frena. Y así va nuestra protagonista,
lanzada desde el campo a la ciudad, para hundirse sin reparos en el bajofondo:
un camino que emula su interior, el desarrollo de la caída en la que ya venía
desde hacía años.
Esta vez, por qué no decirlo, el argumento pierde más
sustento aún, es menos asombroso y resalta menos la hondura de un derrotero que
el esbozo de una adultez reflexiva y agobiante.
Vuelve Eloísa como el faro adolescente, motor de las drogas
y el sexo sin romances. Aparecen la muerte inexorable, la candidez del
diferente, la brutalidad del alcohol y la pobreza, la soledad del extranjero, y
el escenario que va acompañando todo la narración: el zoológico.
Por momentos, sólo por momentos, pareciera que las acciones
se desarrollan sin sentido, que nada fue elegido como símbolo. Dura poco, vamos
acomodando los personajes y los hechos con hermosa facilidad.
No hay mucho más que decir, pero si se apura un resumen, no
hay demasiadas posibilidades: El dibujo de una serpiente que abre la nueva vida
al final de la novela. Queda claro. Clarísimo.
La tercera novela de Havilio lo posiciona en un lugar
altísimo de la actual literatura argentina. No hay caso, todavía el país sigue
siendo el granero del mundo y una usina asombrosa de autores. Bien. Muy bien.
Over.
1 comentario:
Me ganaste de mano !la estoy terminando.. Ella , me dan muchas ganas de pegarle por momentos " para loca, tenes un hijo, la puta madre, no lo dejes tirado ahí " y a la vez me atrapa su derrotero. Ella es fatal.. Havilio se fue a vivir al tigre. Soy su fan numero uno. Y tuya tb. :)
B
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