lunes, 8 de febrero de 2010

Tierra, puaj!








No sé nada, pero recuerdo el hotel rodeado de mar. Es increíble, o quizás esa palabra es menos grave de lo que parece. Hay que volver al mismo sitio tan pronto, tan lejos y con el mismo amor. Y encima, vos no estabas.

Todo leímos a John Berger. Pocos adoran sus poemas. Yo no. Pero el tipo escribió:

Soy escritor: mi escritura es al mismo tiempo un vínculo y una barrera (…) el acto de escribir no es más que el acto de aproximarse a la experiencia sobre la que se escribe”

Lina perjuraba que eso de vínculo y barrera lo había leído en otra parte, aplicado a otra cosa. No importa, lo que dijo Berger alcanza. Aunque yo creo que no es para nada equilibrado, para mí es más una barrera que un vínculo.
¿No es un puente un vínculo y al mismo tiempo una barrera? Qué difícil.

Vos no estabas cuando volví al hotel, sereno de mar y lento de amor. No te extrañé, claro, porque ya te llevaba en los huesos. Como dijo Lina: tres o cuatro cosas, algunas personas, una canción, después vivir es alejarse y volver a lo mismo. La ilusión de trasladarse a algún sitio, hacia otra persona, otro amor. Zenó, la tortuga, y la gran siete



Over.

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