jueves, 17 de febrero de 2011

Ahora, sí.

Recuerdo (todo recuerdo es falso), una vencida tarde de arena sucia y mar.
Era de Santiago del Estero. Sabía mi nombre pero nunca evitó llamarme porteño. Escuchá, me dijo. Se llama Jorge Cafrune, ¿no lo conocés? Ridículamente (ahora lo siento así), me ufané de mi ignorancia, sentía que estaba bien no conocerlo, no había guitarras eléctricas, era folclore. Tenía dieciocho años.

Estuvo bien. Me llenó el cuerpo de lástima, con un simple juego de ojos me desajustó la soberbia. Me dijo: “esto que dice es genial: A un costado del olvido / mis sueños maduraran / reventando en luz florecidos.
La miré. El resto fue tibio e inexacto, articulado por la edad. Fogoneado por la edad.

No te volví a ver y no lo haré. Pero hoy me volvió la canción. Es tremenda. Luz.






Over.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que lindo man. Hace mucho q no te veo. En q andas?! Abrazo. Machi.