lunes, 17 de septiembre de 2012

Pozo negro




Pactamos una luna general
como unión exclusiva.
(Mira hacia ese punto corrompido,
acusado de amor y sospechas.)
Pactamos, sin cumplir, una hora
como arena del tiempo. Fallamos.
Ahora el hueco resplandece, prolijo,
rodeado de oscuridad. Prolija.

A ver, la nada es incolora, pero es negra.
Aclarado ese punto, duermo.

Tu cara, detenida, se recorta entre los muertos.
Los muertos, detenidos, no vuelven.
Pero vuelve tu  rostro posible y frenado,
inquieto y con boca y con palabras.
¿Dirás otra vez lo de la luna exclusiva?
¿Cuánto has claudicado al escaparte?
¿Cómo el olvido disimuló el miedo?
¿Qué habrás perdido al ganarlo todo?


Over.

1 comentario:

Unknown dijo...

A la perinola, tendré que volverte del extranjero a mi cotidiano.