Releyendo este post, recordé haber escrito algo más acerca del moderno mago. Sí, sí, era esto. Desde aquí hacia el ciberespacio (¿se usa aún esa palabra?)
HARRY POTTER EN VERSIÓN LATINOAMERICANA
Harry Potter no es argentino, pero en la versión que desde
esta madrugada se vende en todo el país, aparece dibujado por una argentina y
—de a ratos— hablará como un rioplatense.
En respuesta al desconcierto de un importante número de
lectores que encontraba diferencias y palabras difíciles de comprender en la
traducción de los distintos volúmenes de la saga, editorial Salamandra decidió
publicar en español tres versiones: una para España, otra para Argentina,
Chile, Paraguay y Uruguay, y la tercera para México y el resto de América
latina. Algo que no sucede, nunca, con el resto de los libros.
Así, se buscó que el libro tuviera un lenguaje sencillo que
no interrumpiera la lectura, teniendo en cuenta que está dirigido a niños que
pueden no entender términos del español.
"Había que eliminar el vosotros y palabras malsonantes
como coger, que no se usan igual en España que el América latina", explicó
a Clarín Myriam Rudoy, desde México. En su versión los "sumos" son
"jugos" y en lugar del clásico "vale" castizo, Harry Potter
dice "está bien" o "de acuerdo".
En Argentina, en tanto, la adaptación estuvo a cargo de
María José Rodríguez Murguiondo, quién además de homologar las cuatro versiones
anteriores trabajó junto a la traductora española para definir la versión local
de La orden del Fénix. En ella, "penalti" es penal,
"portería" es "arco" y "Quien tú sabes" (forma en
que Harry y sus amigos se refieren a un personaje que no pueden nombrar porque
trae mala suerte), el "Innombrable".
Este triple trabajo y el hecho de que J. K. Rowlings no
permitiera que el operativo de traducción comenzara antes de la publicación del
libro en inglés (para que no se filtrara su contenido), hizo que la edición en
español demorara ocho meses, impacientando al público hispanoparlante, que hizo
circular una traducción apócrifa adjudicada a una barilochense.
La verdadera traducción al español estuvo, en cambio, a
cargo de Gemma Rovira, de España. Y según comentó a Clarín, lo más interesante
fue la traducción de los términos inventados por la autora. "No hubo
pautas concretas, pero siempre que pude busqué que tuvieran un impacto parecido
al que producen en inglés", explicó.
Over.
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