Ya había vuelto (digamos). Digamos, por ejemplo, que al
mirarse, el espejo es una fusta que doma soberbias.
Entonces dije que había vuelto, pero digamos también que salí
a ver si todo seguía en su lugar, si todo es sombra en la ciudad, si todos
miran a los ojos pero se arrepienten. (Vamos, si yo ya había aprendido el frío
que vive dentro de las estrellas).
Porque cuando llegaste y me dijiste, qué tal esto que
escribe Ramil: A tua pele
de lua. O meu olhar de neblina, yo te contesté
tontamente.
Traduje en mi mente: Tu piel de luna. Mi
mirar de neblina.
Pero eso fue después. Yo ya había vuelto
(digamos), y en mi zona arrastraba diques y puentes. Los puentes me soltaron
sobre Marisa Monte, y compré los dos discos como nunca antes compré dos discos,
qué caros son los discos.
No mucho más, porque ella canta: Você me livrou do preconceito de partir /Agora me sinto feliz aquí. Y cuando me hablaste de Ramil, yo callé. Tontamente.
Over.
1 comentario:
Usted me debe unas palavras
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