Qué me importa que se mueran todas las flores, todos lo gatos,
todas las tortugas, todos los perros de la calle, y que cambies el color de tus
uñas, te cortes el pelo, me quemes todos los libros de la biblioteca y los
discos y los diccionarios y las fotos idiotas. Qué me importa que me acuse tu
dedo de sucia condena y que se mueran todos los niños de todos los vecinos de
esta calle y de este país y de todos los países y que grites y que no grites. El
mundo se cierra aquí, ahora, después de apagar la luz y el reloj medita su
letanía, así, todo junto.
Over.
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