miércoles, 11 de febrero de 2009

Dudo, dudo, dudoso.







No agrego nada nuevo si afirmo que Hollywood se destaca por la precisión casi alemana de los guiones, diálogos, actuaciones, fotografía, edición, sonido. En otras palabras, Hollywood y la técnica congenian casi sin fisuras.

Sí, claro, la técnica se aprende, lo que no se adquiere es el talento, la idea, la invención, el detalle, la mística, el contenido. Y al igual que el mito del ciego que agudiza su audición, no es infrecuente que la técnica demore o intente suplantar al contenido, como así también, que el límite de la técnica no termine por ser subsanado por la idea.

Dicho lo anterior, The Doubt, la peli con la gran Meryl Streep y el el gran Philip Seymour Hoffman, no termina de superar a las buenas actuaciones ni da luz a las buenas intenciones del argumento.

La idea sería: “Una monja ortodoxa y severa, directora de una escuela católica tradicional, muestra la intolerancia ante el sacerdote recién llegado, de mayor amplitud y modernidad. Hasta que la monja sospecha por varias situaciones atestiguadas e informadas por otra monja, que el sacerdote podría estar abusando de un niño de color.”

Hasta aquí, la película tiene rumbo. El problema llega cuando no podemos olvidar el título del film, por lo que tememos la obviedad del final, y es en ese lugar donde la narración pierde fuerza y queda flotando sin resolución, metáfora o moraleja. Es como si el director quisiera tomar al espectador bajo sus órdenes, y hacerlo dudar cuando él quiere, creer cuando él quiere, odiar cuando él quiere, y cuando ya lo tiene bajo su dominio, lo suelta sin animarse a nada más que la duda. Nos pide que dudemos. En otras palabras, lo que promete al principio, lo cumple al final: sólo que en medio sucedió una película.

Por eso, cuando hablo de la técnica, uno tiende a sospechar de su efectividad. En este caso, si se hubiese prescindido de ella, y del nivel de las actuaciones, probablemente estaríamos ante un telefilm, para el sábado a la tarde, y gracias.

Lo mejor: El sermón sobre el chisme. “El chisme es como cortar una almohada fuera de la ventana, dejar que todas las plumas se dispersen por el aire, y después intentar recoger todas y cada una de esa plumas. Esa es la violencia y el poder de un rumor o un chisme.” Está bien.



Over.


1 comentario:

M dijo...

Sabes que a mi también me dejó con una reacción muy parecida. Como que la película quería llegar a algún lado, un lado que supuestamente estaba claro desde un principio, pero después se perdió en si misma sin llegar a nada, pero a su ves dejando todo claro. Suena a traba lenguas pero creo que se entiende. Jaja.

Y lo de la Almohada estuvo bien, pero hasta ahí, nada demasiado brillante. Creo que hasta un adolescente bajo el efecto del cannabis puede tirar una igual o mucho mejor.

Lindo blog. Saludos.