En mi escuela, la que construyo a fuerza de memoria, emociones y el azar de la lectura, Silvia Plath y Anne Sexton están juntas. Del mismo modo que Arlt y Cortázar, Onetti y Salinger, o Sting y Nabokob.
De este modo, siempre sentí a Sexton como la versión "canyengue" de Plath. Puesto con rigro áulico, versaría sobre la posibilidad visceral y coloquial que Plath no quiso emprender.
Lo mismo da, los nomencladores de la literatura, luchan por las clasificaciones. Es ése su eterno juego. El resto, le aportamos carbón a un máquina lenta y de mode.
¿Silvia Plath? Me arriesgo a la traducción del famoso "The Rival". Creo que está bien traducido, pero me queda en la boca el sabor de un traslado insensible. Esto es Plath:
De este modo, siempre sentí a Sexton como la versión "canyengue" de Plath. Puesto con rigro áulico, versaría sobre la posibilidad visceral y coloquial que Plath no quiso emprender.
Lo mismo da, los nomencladores de la literatura, luchan por las clasificaciones. Es ése su eterno juego. El resto, le aportamos carbón a un máquina lenta y de mode.
¿Silvia Plath? Me arriesgo a la traducción del famoso "The Rival". Creo que está bien traducido, pero me queda en la boca el sabor de un traslado insensible. Esto es Plath:
If the moon smiled, she would resemble you.
You leave the same impression
Of something beautiful, but annihilating.
Both of you are great light borrowers.
Her O-mouth grieves at the world; yours is unaffected,
And your first gift is making stone out of everything.
I wake to a mausoleum; you are here,
Ticking your fingers on the marble table, looking for cigarettes,
Spiteful as a woman, but not so nervous,
And dying to say something unanswerable.
The moon, too, abuses her subjects,
But in the daytime she is ridiculous.
Your dissatisfactions, on the other hand,
Arrive through the mailslot with loving regularity,
White and blank, expansive as carbon monoxide.
No day is safe from news of you,
Walking about in Africa maybe, but thinking of me.
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Si sonriese la luna, se parecería a ti.
Dejas la misma impresión
de algo hermoso, pero que aniquila.
Son dos deudoras de la luz
Su boca en forma de O sufre ante el mundo;
La tuya no se conmueve.
Y tu primer don es hacer de piedra todo lo que hay
Me despierto ante un mausoleo: estás aquí.
Golpeando los dedos sobre el mármol, buscando cigarrillos,
Rencorosa como una mujer, pero no tan nerviosa.
Y muriéndote por decir algo sin respuesta.
La luna, también, subyuga a sus sujetos,
Pero a la luz del día es ridícula.
Tu insatisfacción, en cambio,
Llega por correo, con dulce regularidad
Blanca y vacía, expansiva como el monóxido de carbono
No hay día sin noticias tuyas,
Caminando por África, quizás, pero pensando en mí.
Over.
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