El sin sentido de la baja época. Los ojos miraban a la profesora y la seguían con esfuerzo, tan tarde y ese calor que los ventiladores terminaban por hacer bajar hasta las frentes.
Era la noche de Walsh y el fusilado que vive, y la metonimia y el oxímoron. (Sigo olvidándome la tilde, agravo la palabra y no puedo corregirme, no puedo, digo: oximoron, y dale que me equivoco otra vez). Inés lee los apuntes y señala “contradictio in terminis”, y la profesora dice: sí, pero se usa oxímoron.
“El rulo lacio”. Profesora, ¿eso es un oxímoron”. Bueno, sí, de algún modo, aunque es un poco vulgar, digo, la idea es que se transmita un tercer significado con una intención poética. ¿Sería como una metáfora? Bueno, sí, de algún modo, pero con una construcción más específica.
Entonces todo oxímoron es una metáfora. “De algún modo, todas las figuras lingüísticas son una metáfora, lo que sucede es que hay clasificaciones más precisas”
Entonces toda metáfora es un sentido figurado. Y a su vez, toda metáfora lleva una hipótesis dentro. “En qué sentido”. Bueno, diría: "en el hipotético caso de que esto que digo pudiera expresarse, entonces habría un significado oculto detrás de un sentido figurado”.
“Inés, no te enojes, pero me parece que es mucho más simple”
“Una complicada simpleza”. Risas.
Risas y nos íbamos en el subte buscando asociaciones. Mezclas incoherentes. Al final, cuando bajábamos, fumábamos en el calor. Nos besábamos y al otro día volvía a girar todo: el calor, the figures of speech, Inés cuestionando todo, y el tiempo falsamente perdido.
Over.
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