domingo, 21 de septiembre de 2008

Los culpables son los Conejos.





James Thurber nació con el humor de su madre en las venas. Y se ganó la vida publicando historietas, relatos y artículos en el New Yorker, el periódico norteamericano. Debido a la pérdida de un ojo a expensas de su hermano en un involuntario accidente, se suele decir que su imaginación lo llevó a ser quien fue. Puede ser, es casi indiscutible esa posibilidad ya que no hay otra. Eso me hace recordar la famosa frase de Kundera: “No existe ninguna comparación posible desde el momento en que nadie puede vivir dos vidas para corroborarlo.” En mi opinión, creo que Thurber hubiese sido el mismo, más aún, hubiera tenido una visión más aceptable.


Además del trabajo en el diario, Thurber es el autor de las maravillosas “Fables for Our Time and Famous Poems Illustrated” (Fábulas para nuestro tiempo y poemas famosos ilustrados”) Me atrevo a decir que se trata de la mejor parte de su obra, donde el humor deja espacio al pensamiento crítico, en el sentido de que la aparente liviandad de las fábulas termina por hacernos frenar la sonrisa de golpe.


No encuentro el libro en español, así que voy a traducir la, sin dudas, mejor pieza de esas fábulas. Me refiero a “The Rabbits that caused all the Trouble”, que dice así.

En la memoria del niño más joven, había una familia de conejos que vivía cerca de una manada de lobos. Los lobos avisaron que a ellos no les gustaba la forma en que vivían los conejos. (En verdad los lobos estaban enloquecidos por la forma en que ellos mismos estaban viviendo, porque era la única manera de vivir.)

Una noche murieron varios lobos en un terremoto, del cual se acusó a los conejos, ya que es bien sabido que los conejos golpean el suelo con sus patas traseras y así causan terremotos.
Otra noche uno de los lobos murió al ser alcanzado por un relámpago y por esto también se culpó a los conejos, ya que es bien sabido que quienes comen lechuga causan relámpagos.

Los lobos amenazaron con disciplinar a los conejos si no se comportaban bien, y así los conejos decidieron escaparse a una isla desierta. Pero los otros animales, que vivían a una gran distancia, les hicieron sentir vergüenza al decirles:"Ustedes deben quedarse donde están y ser valientes. Este mundo no es para desertores. Si los lobos los atacan, cuenten con nuestra ayuda."

Por lo tanto, los conejos continuaron viviendo cerca de los lobos hasta que un día hubo una terrible inundación que ahogó a un gran número de lobos. Esto fue atribuido a los conejos, ya que es bien sabido que quienes roen zanahorias y tienen orejas largas, causan inundaciones.
Los lobos la emprendieron contra los conejos, y los encarcelaron en una oscura cueva, para su propia protección.

Al no saberse nada acerca de los conejos durante varias semanas, los otros animales exigieron saber lo que les había sucedido. Los lobos dijeron que se habían comido a los conejos, y como el problema estaba digerido, ahora se trataba de un asunto puramente interno. Pero los otros animales advirtieron a los lobos que posiblemente podrían unirse contra ellos a menos que se les diera alguna razón para la destrucción de los conejos.
De modo tal que los lobos dijeron:"Ellos estaban tratando de escapar, y, como ustedes saben, este no es un mundo para desertores".

Moraleja: Más vale que corras, y no camines, hasta la isla desierta más cercana.





Over.




PD1:






PD 2:





Original Version:

Within the memory of the youngest child there was a family of rabbits who lived near a pack of wolves. The wolves announced that they did not like the way the rabbits were living. (The wolves were crazy about the way they themselves were living, because it was the only way to live.) One night several wolves were killed in an earthquake and this was blamed on the rabbits, for it is well known that rabbits pound on the ground with their hind legs and cause earthquakes. On another night one of the wolves was killed by a bolt of lightning and this was also blamed on the rabbits, for it is well known that lettuce-eaters cause lightning. The wolves threatened to civilize the rabbits if they didn't behave, and the rabbits decided to run away to a desert island. But the other animals, who lived at a great distance, shamed them saying, "You must stay where you are and be brave. This is no world for escapists. If the wolves attack you, we will come to your aid in all probability." So the rabbits continued to live near the wolves and one day there was a terrible flood which drowned a great many wolves. This was blamed on the rabbits, for it is well known that carrot-nibblers with long ears cause floods. The wolves descended on the rabbits, for their own good, and imprisoned them in a dark cave, for their own protection.
When nothing was heard about the rabbits for some weeks, the other animals demanded to know what had happened to them. The wolves replied that the rabbits had been eaten and since they had been eaten the affair was a purely internal matter. But the other animals warned that they might possibly unite against the wolves unless some reason was given for the destruction of the rabbits. So the wolves gave them one. "They were trying to escape," said the wolves, "and, as you know, this is no world for escapists."

Moral: Run, don't walk, to the nearest desert island.

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