jueves, 18 de septiembre de 2008

Sí, tal cual.

Esto es lo que contó:


Llego al trabajo y primero veo a mi tía Eugenia, porque mi tía está adelante, es la que se lleva bien con la gente, nosotros, la verdad, no tenemos mucha paciencia, y al final terminamos a los gritos con cualquiera. Mi tía, sí, porque yo trabajo con mi familia, somos mi mamá, mi papá, mi hermano Claudio, y mi prima, la hija de mi tía Eugenia. Se llama Eugenia también, es increíble, hay tantos nombres.

Sí, mi papá, como le digo, cuando llego anteayer, serían las ocho más o menos, no, las ocho y media, justo, ahora me acuerdo, bueno, entro y saludo a mi tía, abro la puerta y me encuentro a mi mamá con mi padre, pero acá viene el problema, mi padre tenía como veinte años menos, sí, ¡veinte años menos! Me lo quedo mirando desconcertado, pero él me saluda, buen día, hijo, me dice, como si nada, y mi mamá también, me saluda y todo sigue. Sí, me quedo sin saber qué hacer, porque me imaginé que era una broma, no sé, se me dio por ese lado, y me fui a mi escritorio, no, antes fui a servirme un café y después encendí la computadora.

Pensé en algún tío lejano, algún primo, yo qué sé, pero nosotros no tenemos parientes desconocidos, somos pocos, mi papá es hijo único, simple. Cuando entra mi prima, lo saluda, hola tío, así como si nada, me mira, me saluda a mí, y se va. Yo esperaba que alguien me dijera algo, que me estuvieran filmando, vio que ahora ponen esas camaritas y después se burlan de uno, pero nada, pasó todo el día y nada, mi padre veinte años más joven me dio unos papeles, me pidió que llame a un proveedor, me saludó y se fue temprano, a eso de las cuatro más o menos.

Al otro día llegué temprano. Nadie me llamó en toda la noche, y yo me dormí con una sensación de paz extraña, usted pensará que cualquiera en mi lugar se hubiese puesto loco, nervioso, algo, cualquier cosa, hubiera ido corriendo a la casa de sus padres a ver qué pasaba, pero no, yo me quedé en casa, comí pollo con ensalada, una ensalada que me dio mi tía con arroz y un poco de mayonesa, miré un poco de tele y como le digo, me dormí con una rapidez impensada, sí, impensada porque hacía varios meses que me costaba pegar un ojo, que me levantaba en medio de la noche todo transpirado y sin saber dónde estaba.

Pero verlo a mi padre veinte años más joven se ve que me hizo bien, y al otro día, como le cuento, llegué temprano, y ahí estaba, con el pelo un poco crecido, la piel tersa y esa impresión que da la juventud, eso es único, de frescura, de que recién se empieza a vivir. Todo lo contrario a la muerte, bien lejos, como si nunca se fuera a morir. ¿Usted cree que es para preocuparse?


Over.



PD: Siempre me acuerdo que Sebastián me decía que de traducirse al inglés, este ¿relato? debería empezar: "It was told like this". No está equivocado, pero yo empezaría de otro modo. La voz pasiva, el sujeto y la mar en coche. Bloody translators!


No hay comentarios: