lunes, 20 de octubre de 2008

Otra de Medem, pero no tanto. Pakea!





Vaya uno a saber las cuentas que otro ser humano se debe, se apunta, se estremece por saldar con apremiante prontitud.

Somos, además de todo lo que dice el manual, un rosario de cuentas pendientes, que se acumulan en los sueños, bajo el ala de los amores imprevistos, alrededor de los padres, los hijos, tu humilde opinión sin intención, y todas las veces que decimos hola y adiós. Hola y adiós.

A Julio Médem le debe haber ocurrido algo semejante. La Pelota Vasca es una peli-documental sobre el espiralado-conflicto-vasco. Otra peli-documental sobre el espiralado-conflicto-vasco. Pero no es alarmante, con tal que uno sepa de antemano que verá un largo que no abreva en el amor azaroso y el sexo trágico (e intercambiando los adjetivos, también), el documental resulta interesante.

Interesante, claro, porque si quisieras describirlo, tendríamos que decir que se trata de un montón de entrevistas a diferentes actores del conflicto, políticos, parientes de gente asesinada por ETA, gente amenazada por ETA, gente que ha sufrido atentados, historiadores, sociólogos, presidentes, ex presidentes, sindicalistas, militantes, y demás personas de aquí y de allá. Por lo tanto, voy a hacer una cosa. Me voy a decretar la obligación de exponer el conflicto vasco en un párrafo, y el sentimiento que me dejó la película, en otro. Para alguno de los dos tópicos, la extensión es realmente breve. Irremediablemente breve.

El llamado "país vasco" es una región del norte de España y el sur de Francia, extensión que ostenta una lengua (el Euskera), una cultura, una historia y una tradición. Como en el caso de los catalanes, ni las prohibiciones ni la propaganda oficiales, lograron que su cultura e idioma fueran condenados a los libros de historias, del mismo modo que en Argentina se hizo con los aborígenes. Por otra parte, este ímpetu de identidad, tiene en el país Vasco, un brazo armado y un brazo político, cuyos límites se van corrigiendo con el viento de turno. Al brazo armado lo conocemos todos, se llama ETA, y a sangre y fuego intenta asignar su idea de “vasquedad”, montada a una independencia sin condiciones y a la pasmosa imposición de la propia cultura.

La Pelota Vasca es una película que abarca el conflicto vasco, desde las perspectivas más abiertas hasta las más radicales. Cumple en dar una visión actualizada del problema, con los testimonios directos de los afectados por el mismo, aunque la ausencia de ciertos actores se hace notar, aun cuando es advertida por el director en el comienzo de la película. Otro acierto del documental es la promesa cumplida tal como se expone al principio, que tan sólo se intenta presentar un laberinto sin intención de imponer salidas. Así, cuando la balanza parece inclinarse para un lado, enseguida algún testimonio o una imagen apuran el equilibrio. No sé si este tipo de emprendimientos deben lograr que uno tome partido o al menos que reflexione sobre lo visto. Sinceramente creo que falla en ese punto, y que en vez de iluminar un extremo, termina por desenfocar un objetivo, y colma de prudencia un conflicto que es, ante todo, una gran imprudencia.

¿Acá debería yo opinar sobre el conflicto vasco? Justamente, sería precipitado. Lo único que agrego es que no creo en las banderas, las patrias, las religiones, tus patrones culturales, tu mandato social, tu impuesta historia familiar, las escarapelas, las nacionalidades, tus fronteras. Tus fronteras. Sí creo en la violencia, en el fuego y en la sangre. El punto es la alquimia. Siempre es la alquimia. Y el alquimista, claro.



Over.

PD: Mi humilde poema: "San Sebastián"

Yo vi tu frío, de primer amor y encanto,
Alumbrado de esplendor ante tu calma opulencia.
Te debo días de vida, de inocencia y libertad.
Tus formas de mujer, tu ansiado mar helado
¿Qué puedo pagarte con palabras?
¿Qué te he dado para que me des?
Ahí, donde conviven la historia y la posteridad
Ahí, donde falsamente caminamos tus calles
Ahí donde subimos para ver mejor. Ver mejor.
Donostia de horrores, de placer y noche.
A ti vuelvo. Y me quedaría.
Me quedaría.
Y lo haré.
Algún día lo haré.





3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuantas ganas de volver a ver ese mar.Cierto?
B

Hernán Galli dijo...

Como el detergente... :-)

y qué ricas las papas fritas, mmmmhh, y qué triste el chopped pork :-(

Anónimo dijo...

y si... en Ezeiza se vive mejor...
B.