viernes, 31 de octubre de 2008

Pozo negro



¿Qué Dios siembra esta intemperie,

esta arrogante imposición del abandono?

¿Sueña el plano de tu destino, el mío?

¿Cuándo y dónde, con lúcida osadía,
La razón y el ánimo fueron guapos amigos,
Laderos imposibles de tu decisión?

¿Cuándo y por qué, ferozmente,
corrí como agua entre tus ojos?

¿Qué dios, acaso, anima esta árida ceremonia
de ausencias y adioses, de no verte y morir?



Over.

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