domingo, 12 de octubre de 2008

Palabritas


Me acuesto. La noche rodea mis ojos y apenas puedo empezar a juntar el recuerdo del día, apenas soy capaz de recorrer las últimas horas, porque mientras juego a no saber, a no querer saber, tanto sueño falseado se impone en mi memoria y la hace estallar. Estallar, sí, porque eso pasa cuando no cuidamos lo que guardamos.

Así, crecerás en ahogo a las tres de la mañana y yo seré la piel que las uñas ya se llevan. Pero nada hará que mis pupilas abran el paso a la negrura. La memoria negra; la que feroz, obsecuente de su brutalidad, camina los pasos de mi sueño. Es ella, señores, la tornasolada efigie de lo andado, la única responsable de esta noche que rodea mis ojos y apenas me permite juntar el recuerdo del día. Entonces debo empezar otra vez. Me acuesto. Traigo la noche y los demonios. Lo mismo da. Me acuesto. Otra vez: me acuesto.

Over.


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