Carta Nº3
Te creí, y no me equivoqué, porque lo que representabas y lo que eras andaban en flor de comunión. Yo me decía, lo que va a ser esta mina cuando crezca, su casa, su no, y ahora, ahora que crecer se puso bravo, mirá cómo son las cosas, seguiste todo lo que repudiabas, te olvidaste de los pasajes de Flores, de las postales desde Nueva York, de la sensación escudo, te rendiste porque tu amor era miedo, veías fantasmas detrás de lo que deseabas, endiosabas tu realidad para que no te diera tanto asco, a mí no te digo que no me hayan cambiado algunas cosas, pero en el café de las cinco me pregunto qué sería de todo esto si la mitad de las cosas fueran diferentes, si te hubieras pegado ese tiro, esas quinientas mil pastillas, esas cartas, esa calma que te llegó cuando te dije nada, cerrá los ojos y no pasa nada, y también me creíste, y la vida te abrió un agujero inmenso que no te merecías, pero las cosas no se merecen, ya ves cada uno que anda vivo por ahí, y era silencio tras silencio tras silencio y había tiempo para la esperanza de algo mejor, de algo que te saque de ese barro en el que cada vez te hundías más
Over.
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