Bebo la noche, no tu vino
Y si Rimbaud fijaba vértigos,
Yo los escribo, me suceden
Como el arte, la vida y la mierda
Me dejaré bajar hasta tu deseo, ok,
Pero en tu boca todavía perdura
El aliento a acetona de las anginas
Y el de la tierra acumulada
de callar odios y soledades.
Cabalguemos, sucios, este amanecer
Es lo único que no podremos fingir
2 comentarios:
Qué bello, im-pre-sio-nan-te. Finjo, finjo. José Villa y Marcelo Amar. Por qué no estás ahí??
Bumita, ofcors!
Publicar un comentario