jueves, 6 de marzo de 2008

Sintoniza el canal de Panamá

La historia es la misma que la de toda latinoamerica. Aborígenes reabutizados indígenas por error, colonización, imposición de fe, imposición de La Ley. Imposición, ¿Ok? Después, independencia, digamos, y control de las tierras. Pero attenti: Panamá es un istmo, más que "abundancia de peces", lo que abunda es el ansia estratégico militar y los colmillos de los que manejan los peajes. Un istmo es clave: es el paso más corto entre dos océanos, comunica continentes, acorta los tiempos de viaje. En otras palabras, es El punto para que la potencia más cercana haga de las suyas. Y lo hizo.
Primero, Lesseps (que para mí es una estación de metro y una plaza de BCN), pensó en en hacer el canal, pero murió la mitad de los obreros y tuvo que volver a La Chesyane a enloquecer y olvidar. Regla básica: Un truco de magia no debe repetirse ante el mismo público y nadie debe osar la construcción de dos canales en la misma vida.
Llegó el águila y se puso a terminar lo que empezó el francés. Lo hizo bien: se conectaron los océanos y unos técnicos serían los Moisés del Caribe. La destrucción de todo el medioambiente, la deforestación, la muerte de cientos de miles de obreros, el traslado y la inundación de poblaciones y el seguro de no cobrar nada de las ganacias que daría la "genial obra de ingeniería".
Peleas, negociaciones. Negocios. EEUU devuelve el control del canal a los panameños. A toda esta historia la cruza Torrijos, que fue un caudillo. Caudillo es la oruga, digamos. La mariposa sería...
Torrijos vuela por los aires. Su hijo, muchos años después, vuelve al gobierno. El canal de Panamá deber ser ampliado, mejorado, realizar nuevos canales que le provean el agua. Muchas poblaciones serán inundadas. Otra vez. Otra vez Torrijos y otra vez las inundaciones. Suben los aranceles al mismo ritmo que la pobreza. Venezuela baila sobre el petróleo y Panamá sobre los aranceles del canal. La música del baile: la miseria del pueblo.
Hay que dudar de todo y de todos. De los que tienen buenas intenciones y de los que suponen su imprescindibilidad. De mí, que escribo esto, duda. Duda todo de mí, no me creas.



Primera Pd: La moneda oficial de Panamá es el Balboa. Los porteños no tardarían en hablar de Rockies, de Apollos, de Dragos, de Mickeys y de Adrians. Tarde entenderían que la gracia no es tal.



Over.

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