La luz ya intuye su liturgia
De no me olvides y pensalo bien
Pero imantada la noche, de acordes y caos
Te apura la huida y la lágrima
Que no cae igual que la otra
La que te mira para no verte
Abismado de silencio
El último beso seco y bobo
Apenas se oye en el ambiente
Y sin embargo el eco, ese eco sordo
Te despertará cada madrugada,
puntualmente,
para hacerte oír lo perdido
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