lunes, 5 de mayo de 2008

Entonces



Era cuando viajábamos en trenes de aquí para allá y el tiempo pasaba sólo de noche. Le ganábamos un día a la noche y la noche no lastimaba.
Era cuando apenas si pesaban los candados y los amuletos, y el mar era tan simple.
Era cuando el rencor no intoxicaba la risa y ni siquiera se ensayaban antídotos contra la desmemoria. Desmemoria, ya ni uso esa palabra.
Pero hablo de mucho antes. De cuando la presunción de lluvia era suficiente. Hablo de cuando nos veía pasar la Ciudad, y las voces de luz acertaban nuestro destino. La borra del café estaba sobornada, de eso no me cabe dudas. El plan incluía injurias y caricias. Lo que nadie anticipó fue el muro. Un muro vegetal que crece a fuerza de años y despedidas. Y no hace falta que se riegue, funciona siempre. Como la mentira o el dolor.


Over.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un muro vegetal.Es una figura, dificil porque por vegetal ,esta vivo y por eso mismo, creceycrece.
B.