miércoles, 14 de mayo de 2008

Tractatus a la hora de dormir.



"El límite de mi lenguaje es el límite de mi mundo", famosa línea del famoso Tractatus. Y lo más perturbador es que el significado “simple” de esa afirmación nos lleva al lugar equivocado. La parafernalia de significantes que se agazapa detrás de cada una de las palabras es asombrosa. Tanto como postular que es imposible callar lo indecible. Tanto como afirmar que la filosofía es materia del lenguaje y no del espíritu, y que el contemplatio mundi es una figura simplificada que toma valor sólo a través de la palabra.
Entonces no me tiene que dar miedo decir que Wittgenstein era un hermoso terrorista, como Lacan o Joyce. El significante, camaradas, es una bomba de tiempo. Y artesano aquel que la arma.
So tired, I´d better get some sleep.
Slip.
Split.
Sleep.
Sheep.

Beep, beep.


Over.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Acuerdo con Gasper, cada vez mas lindo su blog..
B